Alfonso de Salas ha puesto los ojos en ‘El Pocero’ y, desde hace casi un mes, va detrás de los alcances que rodean el ‘Caso Seseña’. El Economista publica las conexiones del polémico constructor Francisco Hernando con nuevos políticos. Se hace patente, una vez más, que los ‘favores’ en el negocio inmobiliario pueden empapar a cualquiera.
Alfonso de Salas ha puesto los ojos en ‘El Pocero’ y, desde hace casi un mes, va detrás de los alcances que rodean el ‘Caso Seseña’. En su edición de hoy, El Economista publica las conexiones del polémico constructor Francisco Hernando con nuevos políticos, esta vez del PSOE. Se hace patente, una vez más, que los ‘favores’ en el negocio inmobiliario pueden empapar a cualquiera.
El Economista señala que ‘El Pocero’, polémico promotor del Manhattan de Seseña, hace más de 15 años, trató de hacer un calco de la macrourbanización toledana que esta desarrollando ahora, en Villaviciosa de Odón (Madrid). Entonces, Hernando compró
Su empresa, Horpavisa, quebró estrepitosamente. Pero, ‘El Pocero’, siempre tocado la fortuna divina, renació de las cenizas. ‘¿Dice que se marchó de aquí arruinado […] ¿Cómo puede ser ahora tan rico, estar levantando una ciudad en Seseña, tener yates y aviones privados? Hay algo raro’, reflexiona Sanz en declaraciones al diario del ex presidente de Unedisa.
Hace tres años, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, diputados socialistas, no asistieron a la investidura de Rafael Sancas e pidieron que su partido ascendiera a la presidencia de
el quinteto se había conocido en
Las parcelas que poseía el ayuntamiento de Villaviciosa de Odón, bajo la alcaldía de Nieves García, en lugar de ser destinadas a uso municipal, fueron adjudicadas a Euroholding, la sociedad de Vázquez y Bravo, que en 16 meses traspasaron con una ganancia de 1,26 millones de euros. Los Franciscos también se hicieron con la mayoría de los terrenos que pertenecieron a ‘El Pocero’ y, junto a ellos, Balbás poseía otra buena parte del suelo.
En 2000, el Ayuntamiento de Villaviciosa, con la oposición del PSOE, aprobó los nuevos usos del suelo y adjudicó licencias para construir naves industriales, oficinas, centros comerciales y hoteles. Los grandes beneficiados fueron Euroholding y unas sociedades de Balbás, que revendieron los terrenos con unas plusvalías de hasta nueve veces el valor de adjudicación, explica El Economista.










