Tras la brecha abierta PRNoticias destapando el ya conocido ‘Caso Seseña’, gran parte de los medios se ha subido al carro. La revista Tiempo dedica unas líneas a los aparentemente turbios negocios de ‘El Pocero’: una flota de jets privados.
Tras la brecha abierta PRNoticias, hace unos meses, destapando el ‘Caso Seseña’, la mayor parte de los medios de comunicación se ha subido al carro. Esta vez, la revista Tiempo ha dedicado al magnate de Toledo unas líneas acerca de sus negocios: una flota de jets personales y de lujo.
Según publica la revista Tiempo, ‘El Pocero’ es dueño de Jets Personales S.A, una pequeña empresa dedicada al transte aéreo de personas, equipajes y mercancías. La compañía se creó en el año 2004 y en tan solo un año y medio ha conseguido ser la ‘representante exclusiva’ de Bombardier en España, el tercer fabricante de aviones en el mundo.
‘Un guiño a los clientes del sector y una estrategia para posicionarse en el mercado español, donde operan 55 compañías aéreas privadas’, escribe Tiempo. Aunque Jets Personales asegura ser la ‘voz de Bombardier en España’, el semanario indica que la multinacional canadiense abarca diferentes sectores y que, ‘en España, está muy presente en el sector ferroviario a través de Bombardier European Holdings. (…) Jets Personales se encargaría de la división de Bussiness jets, o aviones de negocios, que son los que comercializa la empresa de Hernando’.
La empresa tiene sede en Torrejón de Ardoz, su prer vuelo fue en junio de 2005 y hasta marzo de 2006 había realizado 400 trayectos y 1.163 horas en el aire, según datos de AENA que recoge Tiempo.
Así, la empresa adquirió en mayo de 2005, según se comprueba en la propia web de Bombardier, una edición especial del avión Laserjet 60 y del Challenger 604. A la hora de hablar de tarifas, dependen del trayecto y del tipo de aparato en el que se vuele. Un itinerario desde Madrid a Barcelona oscila entre los 7.000 y los 13.000 euros. La aeronave más cara es el Gulstream IV, la más lujosa de la empresa, un avión que pocas personas se pueden permitir, incluso entre los propietarios de jets privados.










