La incombustible Isabel Pantoja está perdiendo gas, pese a haber subido el caché de sus conciertos. La tonadillera y su novio Julián Muñoz, ex alcalde marbellí y residente en Alhaurín de
Si hace unas semanas la pareja estuvo en el punto de mira su plicación en la trama urbanística bautizada como ‘Operación Malaya’ –él presunto ‘listo’, y ella enamorada del ‘presunto’, ahora han vuelto al topten del candelero mediático las escuchas telefónicas a la folclórica.
La filtración de una de las conversaciones privadas entre la pareja ha indignado a
Según el testonio de una amiga de la artista, publicado la revista Tiempo, LaPantoja habla todos los días con Muñoz, ‘como cualquier otra pareja’, siendo él quien llama desde Alhaurín que no están permitidas las llamadas a la cárcel. Sin embargo, falta de preparación psicológica y no falta de ganas –dicen, la cantante no ha desfilado todavía la prisión malagueña.
Tanto el juez instructor del caso, Miguel Angel Torres, como un tavoz de la policía descartaron que la intervención telefónica se tratara de un pinchado policial, así que sólo se puede elucubrar que tales escuchas ilegales se fundamenten en sacar tajada con la venta a medios rosas.
La sevillana parece dar síntomas de cansancio y, si bien no se pronuncia abiertamente sobre el trance que está viviendo, su concierto de Almería se ha interpretado como una ruptura de silencio y muchos son los que ven en sus canciones mensajes crípticos: Desde el ‘Yo seguía de ti enamorada, pero tu te fuiste’ hasta el ‘Ya no puedo sotar este juego’, pasando el ‘Que olviden mi rostro para siempre los que no me han querido, los que me han perseguido y me han hecho llorar’.









