MÉXICO D.F. (08/09/06) La polarización que vive México, dividido en dos mitades ideológicas, parece ser una olla a presión a punto de estallar. De poco sirvió el llamado a la unidad del recientemente proclamado Presidente Felipe Calderón. Las acusaciones de irregularidades sostenidas Andrés Manuel López Obrador, que ha planteado establecer un gobierno paralelo, han culminado con la interrupción una veintena de sus spatizantes del programa de Adal Ramones, con gritos de “fraude, fraude”.
El hecho es inédito, puesto que Ramones llevaba nada menos que 11 años sin interrumpir su espacio en vivo ‘Otro rollo’, que se emite desde Televisa San Ángel, que fue interrumpido en medio de gritos como ‘Sufragio efectivo, no posición’ y ‘Calderón, entiende, la gente no te quiere’ y ‘Adal, tienes el valor, o te vale (no te ta)’.
Ante el griterío, Ramones debió interrumpir su monólogo habitual, que normalmente se prolonga 15 minutos, y pidió respeto a los manifestantes: ‘Les pido respetar este programa que trabaja para divertir a millones de personas en todo el país’. Una vez que el plató quedó vacío, el conductor retomó su espacio, no sin antes aclarar su convicción de que la gente es libre para expresar sus puntos de vista, pero en un espacio adecuado para ello.
Si bien el máxo peligro en México –líder en el ránking de los países más peligrosos para la libertad de expresión se da la acción de los grupos mafiosos relacionados con el negocio del narcotráfico, responsable de la mayor parte de los ataques y de las muertes registradas en el país, la crisis postelectoral ha caldeado los ános. Uno de los desencadenantes fueron las acusaciones del candidato del Partido de
Esto hizo que a principios de agosto algunos periodistas que se encontraban a las puertas del Tribunal Electoral del Poder Judicial de
El hecho fue fuertemente criticado el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Alejandro Encinas y el mismo López Obrador, que llamó a la calma a sus partidarios. Pero vistos los hechos, las declaraciones y llamados del candidato disconforme con los resultados electorales pueden tener efectos que escapan de su control. Se trata de un asunto difícil de juzgar, pero está en juego no sólo la seguridad de los medios, sino la estabilidad de todo un país.
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