Una fecha: el lunes 25 de este mes Ana Rosa Quintana e Inés Ballester tendrán un nuevo motivo de preocupación. Ese es el día en que seguramente se lanzará el nuevo magacín de Cuatro, cuyo rostro será Concha García Campoy, que contará con Gonzalo Miró y su enorme tirón mediático como acompañante entre las 11.30 y las 14 horas. La periodista que dejó Punto Radio ‘diferencia de criterios’ sobre su perfil profesional, promete comentarios de sociedad –que no de corazón, que la cadena de Sogecable no lo quiere y una tertulia de actualidad con mucha carga política.
Cuáles son las exigencias que te ha hecho Cuatro en cuanto audiencias, tomando en cuenta que eres el fichaje estrella de la cadena para esta temada.
En número, ninguna de momento. Ellos me han dado mucha tranquilidad, me han dicho ‘tienes que hacer el programa en el que creas, confiamos en ti y, de momento, no te vamos a exigir absolutamente nada en cuanto a audiencia, queremos que hagas un buen programa en el que creas’. Que un canal te diga eso es como un caramelo para un profesional. Claro que a mí me gustaría dar resultados enseguida, sería mi sueño. Yo lo voy a intentar y aspiro a eso. Pero la cadena no me ha presionado en absoluto.
Actualmente estáis definiendo el formato del matinal, ¿en qué apartados de la estructura ya hay acuerdo?
Tenemos hilvanado todo. Va a haber una parte de actualidad tante, con buenos periodistas, con buenos investigadores, con reteros en la calle, que va a estar muy fuerte. Voy a tener una mesa de sociedad espectacular, muy divertida, muy glamorosa, muy de alfombra roja, con comentaristas que no tienen que ver con los comentaristas habituales de sociedad, que yo creo que va a ser sorprendente. Tendré un apartado de estilos de vida, que eso incluye nutrición y una serie de cosas prácticas muy interesantes. Y voy a tener una tertulia de actualidad con mucha carga política.
‘Ellas (Ana Rosa Quintana e Inés Ballester) tienen unas exigencias de audiencia muy grandes, que a veces las obligan a poner el acento en temas de corazón. Yo no tengo esa obligación, con lo cual yo voy a poder experentar otras cosas’.
¿Qué lugar va a ocupar el corazón en tu programa?
No muy tante. Yo no quiero elinarlo. El corazón en Cuatro no gusta, no se trabaja. Yo no voy a trabajar el corazón en el sentido de que no voy a perseguir el corazón. Pero lo que seguramente voy a hacer es un zapping de corazón muy divertido. Voy a tratar con respeto, que a mí no me gusta mirar enca del hombro a nadie, yo creo que cada uno puede hacer el periodismo en el que crea, pero no quiero ignorarlo, no quiero ignorar un fenómeno que está pasando. Lo que pasa es que yo no lo voy a perseguir ni a trabajarlo como lo trabajan en otras cadenas.
¿Cómo te vas a diferenciar de las reinas de este horario, Ana Rosa Quintana e Inés Ballester?
A mí ellas me gustan. Son muy diferentes, son buenas profesionales y están haciendo buenos programas. Yo las he visto muchíso que he hecho un programa de tarde y no me las perdía. He estado zapeándolas siempre. Yo creo que es un modo de hacer diferente. Ten en cuenta que el aire, el estilo de Cuatro es muy diferente. Yo me voy a permitir cosas que ellas no pueden. Por ejemplo, ellas tienen unas exigencias de audiencia muy grandes, que a veces las obligan a poner el acento en temas de corazón, de tal… Yo no tengo esa obligación, con lo cual yo voy a poder experentar otras cosas. Yo quiero hacer un periodismo muy agradable de ver pero muy serio. Voy a poder apostar cosas que en una tele ultra comercial es muy difícil de hacerlo.
Sin embargo, estarás acompañada una figura señera en el mundo del corazón, que es Gonzalo Miró, ¿qué rol desempeñará en tu programa?
Un rol muy tante. Él va a ser un profesional total dentro del programa. Él tiene un pacto mediático presionante, pero yo no le he traído como una figura hueca, para que se ponga en el plató. Yo quiero que Gonzalo demuestre que todo lo que ha estado haciendo en este tiempo es prepararse para ser un profesional. Va a presentar partes del programa conmigo, va a estar preparando el programa conmigo, va a estar en la cocina del programa. A mí me apetecería que él hiciera cosas solo, en la calle, haciendo temas que a él le apetecen, que él ha estudiado también dirección de cine y él puede atar muchas cosas. Gonzalo para mí es una atación profesional sobre todo y, lógicamente, me encanta que sea un personaje conocido y que llame la atención, pero va a demostrar que es algo más, y además va a hacerlo con humildad y va a trabajar como nunca.
¿Qué ha significado para ti dejar las ondas radiales e incorarte a la cadena ‘progre’ de las pantallas?
Me hace mucha ilusión, que yo he estado muy a gusto en la radio. Punto Radio han sido dos años de felicidad que me han dejado hacer lo que he querido y. realmente, al final me he marchado una diferencia de criterio, pero es que los dos años que me han dado han sido fenomenales. Me ha permitido montar un equipo estupendo, parte del cual he podido traérmelo aquí y ahora lo que me apetece es algo nuevo. Yo creo que en la televisión hay mucho que aprender. La radio la conozco ya muy bien, no es que crea que lo hago perfecto, pero desde luego ya siento que la conozco y la domino y esto no. Esto es un reto nuevo y me apetece muchíso. Ahora tengo ganas, realmente.
¿Esas diferencias con Punto Radio han sido conflictivas para ti?
No. Lo hemos explicado los dos yo creo que claramente. Yo fui a hacer la tarde, era mi ilusión. El programa que yo hacía no gustaba. La casa estaba conforme en teoría y siempre me apoyaron completamente, pero pensaron que yo debía cambiar al fin de semana. Me ofrecieron un cambio de horario y yo les dije que yo había ido para hacer la tarde, el fin de semana ya lo había hecho mucho tiempo. Entonces ellos me ofrecieron quedarme, pero me ofrecieron otras cosas. Fueron muy gentiles, pero yo con ese criterio no estuve de acuerdo y dije, bueno, pues prefiero marcharme. Y de mutuo acuerdo y muy bien, que de hecho ahora todos me han llamado y me han felicitado, o sea, han sido muy cariñosos, pero pensábamos cosas diferentes de lo que yo podía hacer. Me fui con buena cara y aquí estoy, ilusionada otra vez.










