Decíamos hace unos días que Rajoy debería ir a Seseña para ver el disparate urbanístico que se está construyendo en El Quiñón de El Pocero y también para poner orden en el grupo municipal de su partido y acabar con las presuntas corruptelas y su apoyo incondicional a Hernando.
Pues, lo que se ve el Rajoy no va a Seseña, no arregla su partido y enca dentro del Partido Popular nacional surgen serias diferencias, ya que mientras los presidentes de Murcia y Valencia casi le rezan a Dios para que no se les corte el agua que reciben del Tajo, la candidata a la presidencia de
Cospedal, que venía de reunirse con los cincuenta alcaldes del PP de Castilla
Está claro. Los largos tentáculos de El Pocero ya están amarrando también a la aspirante a la presidencia de Toledo. A este paso, al Pocero le va a sobrar agua y los pobres murcianos y alicantinos no la tendrán ni para beber.
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