LA CRISIS AUTONÓMICA

La prera gran factura del gobierno Zapatero se va a pagar en “tela” autonómica. Entretenidos con la OPA, pasa desapercibido el hundiento del suelo territorial que sufren los socialistas. Un día tendremos que hablar de Pizarro, el presidente eléctrico más rentable para los accionistas de cualquier compañía, y de sus estrategias de  comunicación.

La fiesta ha terminado, y la prueba es que los socialistas ponen como candidato para Cataluña al hombre más triste que nunca dio la política. Antes de marcharse, Monti le dejaba a Clos un sapo: la mordaza  contra  Telemadrid. Así que los catalanes con sillón ministerial han quedado en el foro como la Tomasa en los títeres. El resentiento y el juego sucio siempre han sido síntomas de desesperación. Sancas ni sabe ni contesta. Dicen que se ha encerrado en casa para curarse las cornadas de la últa lidia en la Asamblea de Madrid. Yo no lo creo. Pienso, más bien, que una vez descubierta su afición a vivir  en ayuntamientos gobernados el PP  está buscando casa para hacer una nueva mudanza.

La crisis arrecia. La fuga de los grandes dinosaurios del socialismo deja abierto el campo a grandes otunidades en la Castilla manchega y en la Extremadura subsidiada, donde los electores, según las preras encuestas, van a hacer pagar  a los de siempre la factura del cheque catalán. Barreda se quema en los rescoldos del incendio de Guadalajara, y en las dehesas de pata negra Floriano acaricia el cambio en una comunidad  que pierde el tren de la subvención.

Así las cosas, quedan dos incógnitas. La prera es sustancial: ¿será capaz el PP de ocuparse de los problemas que preocupan de verdad a la España de 2006? La otra es anecdótica: ¿Quién será el insensato que saldrá a escena para ser derrotado Gallardón?

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