En el vertiginoso mundo de la moda en Nueva York, donde la talla 0 es la próxa 2, la seis es la nueva 8 y un mal peinado puede acabar con tu carrera, la revista Runway es el Santo Grial. Dirigida con puño de hierro y elegante manicura Miranda Priestly (Meryl Streep) – la mujer más poderosa en el mundo de la moda – Runway es un terrible reto para todo aquel que quiera triunfar en este mundo.
Para convertir Runway en la biblia de la moda de Nueva York y lo tanto de todo el mundo, Miranda no ha dejado que nada se interponga en su camino… incluyendo una larga lista de ayudantes que no han dado el nivel. Es un trabajo en el que una persona con autoesta no podría sobrevivir, aunque es una otunidad la que matarían un millón de chicas en Nueva York.
Trabajar como ayudante de Miranda podría abrir cualquier puerta a Andy Sachs (Anne Hathaway), recientemente graduada. Más que modelo de alta costura es una chica desaliñada, y destaca en el pequeño ejército de guapísas periodistas de la moda del equipo de la revista Runway – superdelgadas divas de la moda que clavan sus zapatos de aguja en los pasillos de la oficina central de la publicación en Manhattan. Pero cuando entra Andy a trabajar, empieza a entender que para triunfar en este negocio va a necesitar algo más que iniciativa y determinación.

El diablo viste de Prada está basada en la novela superventas a nivel internacional de Lauren Weisberger del mismo título, que estuvo durante seis meses en la lista de éxitos de The New York Tes y que se ha traducido a 27 idiomas. Las malas lenguas cuentan que la escritora se inspiró en la figura de su ex jefa, la directora del Vogue USA, Anna Wintour, una de las mujeres más poderosas de la industria de la moda. Directora de la edición estadounidense de Vogue –con fama de placable, glacial y derrochadora–, sus opiniones y mohines provocan cataclismos multillonarios desde Nueva York hasta París y Milán; lanzan al estrellato a diseñadores desconocidos o hunden en la miseria a figuras consagradas del mundillo.
Previo al lanzamiento de El diablo viste de Prada, se realizó una première privada para los protagonistas en Nueva York. La misma Meryl Streep invitó a Wintour quien, no sólo aceptó ir –con la sola condición de no sentarse cerca de Weisberger–, sino que sacó a relucir un ácido sentido del humor, acudiendo a la gala vestida entero de Prada.
MERYL STREEP (Miranda Priestly) Ha ganado en dos ocasiones el Oscar a mejor actriz en Kramer contra Kramer y La decisión de Sophie. También ha contado con un récord de trece nominaciones a dichas estatuillas.
ANNE HATHAWAY (Andy Sachs) entre sus trabajos más recientes destaca Brokeback Mountain aunque también la hemos visto en comedias como Princesa Sorpresa o Hechizada.
STANLEY TUCCI (Nigel) obtuvo el aplauso de la crítica su trabajo en el filme de Fox y DreamWorks, Camino a la perdición. Los múltiples talentos de Tucci le han llevado a una carrera muy diversa pero siempre como actor secundario.
EMILY BLUNT (Emily) ganó el Evening Standard British Film Award a
SIMON BAKER (Christian Thompson) cuenta con un presionante bagaje que incluye el cine y el teatro.
ADRIAN GRENIER (Nate) es más conocido interpretar a Vincent Chase en la exitosa serie de
DAVID FRANKEL, el director ha explorado los caprichos de la moda y la fama en las destacadas series Sexo en Nueva York y Entourage.
Lo peor: Guión sple con un tema bastante recurrente y cuyo final es predecible a los veinte minutos de la película. Me refiero a chica fea o mal vestida que luego se transforma en una auténtica belleza. Un argumento más propio de un telefilm con el que nos atormentan las televisiones al mediodía que de una película apta para la gran pantalla.
Lo mejor: No cabe duda que una película de éste género se sostiene únicamente gracias a la soberbia interpretación de Meryl Streep que una vez más deja de relieve su gran capacidad de combinar la comedia con el drama. En definitiva, la brillante transformación de Streep en la aginaria Miranda Priestly hace que el resto del reparto quede en un segundo mísero plano.










