El congreso de ministros italiano aprobó ayer unanidad una proyecto de ley que obliga tanto a la televisión pública (RAI) como a Mediaset, compañía perteneciente a Silvio Berlusconi, a pasar al sistema digital al menos unos de sus canales que ahora emiten en analógico antes de 2009, en lugar de tener que hacerlo en 2012 cuando estaba prevista el paso de todas las cadenas italianas a la emisión digital.
Con esta nueva ley, presentada Gentiloni, ministro de Comunicaciones, el gobierno Prodi pretende evitar que el duopolio establecido Mediaset y
Además, este proyecto de ley pretende controlar el futuro de la televisión digital; no podrá acapararse más del 20 ciento de las cadenas de televisión ni tener el 45 ciento de la publicidad. De esta forma, Berlusconi se vería obligado a vender Rete4, algo que lleva años intentando evitar, o a convertirlo en un canal digital en un plazo de 90 días tras la aprobación de la ley.
Il Cavalieri, su parte, ya ha presentado sus quejas a la opinión pública. Según declaró a medios italianos, no se lo puede creer, considera ‘un acto de bandolerismo’ la ley que el gobierno de Romano Prodi pretende llevar a cabo, y ha afirmado que si se aprobase definitivamente la ley, Italia ‘ya no sería una democracia, sino un país en que una parte de la clase política, mientras está en el gobierno, ataca al adversario en sus negocios y propiedades privadas’.
Para Angelo Sanza y Piero Testoni, miembros del equipo de gobierno de ‘Il professore’, esta ley es tan sólo “una contrarreforma ideológica de un sistema televisivo que daña la empresa italiana y humilla la televisión de todos”, y lo que pretenden con esta nueva legislación es acabar con el duopolio.
Por su parte Gasparri, autor de la ley precedente y miembro del ejecutivo Berlusconi, ha declarado que ‘no hay que confundir el anuncio de una reforma con la aprobación de una reforma’ y ha expresado que ‘será difícil que se apruebe en el parlamento el texto presentado el gobierno’.
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