ADIÓS AL SENY

El seny catalán, aquello que Pla definía como “una forma comercial, positiva, del escepticismo”, parece haber muerto irremisiblemente. Los hechos dan más bien la razón a quienes sostienen que los catalanes son los más españoles de todos cuantos habitan eso que los cursis  llaman “el estado español”. Maragall se ganó el título de heredero del título de rey del Paralelo cuando tiró un poco de la manta, solo un poco y en una mala tarde, para hablar de las comisiones de los otros, y no de las de su partido. Ya para entonces las cosas  estaban  degradadas en Cataluña  hasta  un punto de humedad  que  amenazaba con romper el suelo que pisaban. De hecho, el pavento se había venido abajo, pero en barrios de  chagos, en esos donde es mejor no poner el foco, y distraerse con el foro de las culturas.

En los días previos a la apertura de la campaña hemos visto escenas goyescas: militantes socialistas, del brazo del independentismo, quijada  en mano para golpear la chepa de los populares. Llevaban años preparando el terreno. Lo habían abonado, ellos y sus jefes, con aquellos lemas de campaña: “si votas NO el PP  utilizará tu  voto contra Cataluña”. ¿Recuerdan?

Ahora se asustan que CiU les ha hecho algo así como el Retrato de la familia de Carlos IV, es decir una goyesca con recortes de la televisión. Da igual que las ágenes sean de TV3 o de una productora de bodas  y bautizos. Todos los partidos alentan sus fondos audiovisuales con lo que les prestan las públicas. Alfonso Guerra  hizo  una historia manipulada  del exilio  gracias a los fondos documentales de TVE, cuando gobernaba Aznar. Lo de CiU es como un mítin en DVD, que ha conseguido asustar a los del tripartito hasta tal punto que han hecho algo que no se debe hacer nunca en comunicación: pedir a los suyos y a los indiferentes, que tiren la grabación a la basura.

¡Hombre! Quizá el seny ha muerto, pero siempre quedará  el espíritu comercial. Si lo dan gratis, ¡hay que verlo!

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