Andorra exportará las cenizas de los residuos incinerados

Andorra podrá extar a territorio español las cenizas, los residuos más tóxicos del horno incinerador de residuos que entrará en servicio en otoño, según el convenio firmado ayer la ministra Cristina Narbona y su homólogo andorrano Antoni Puigdellívol.

Todos los desechos urbanos que produce el Principado pirenaico, el que habitualmente se suele llamar basura, se están llevando a Cataluña desde que se cerró el antiguo horno incinerador andorrano, en octubre del 2002, al comprobar que las emisiones tóxicas a la atmósfera, y depositadas sobre la tierra, superaban en mil veces los límites máxos establecidos la Unión Europea.

El nuevo horno, hecho con la oposición de los ecologistas y del Partido Socialdemócrata, esta ya en periodo de pruebas, pendiente de la entrada en servicio antes de que acabe el año y producirá tres tipos de subproductos: el humo, que oficialmente será relativamente “lpio”, y con emisiones dentro de los parámetros europeos; las escorias, materiales más sólidos y reutilizables en la construcción, sobre todo de carreteras, y las cenizas, que según los técnicos acumularán la máxa toxicidad.

El convenio firmado en España garantiza la extación de éstas durante dos años al vecino del sur y, en los dos años siguientes, se enviarán a Francia según otro acuerdo tácito, que las dos partes no han encontrado necesario firmar, que esta clase de cooperación ya está incluida en el convenio internacional de Ginebra sobre la materia.

Los acuerdos entre los ministros de Medio ambiente incluye una recepción parcial y condicionada de las escorias y vuelve a incluir el recibiento en Cataluña de tierras y piedras procedentes de los restos de la construcción en Andorra, si bien litada; en el caso de las piedras, el mismo volumen que vuelva una vez transformado en graba en las plantas catalanas y, las tierras, cuando haya un interés general en Cataluña en la mejora de fincas, o en el caso de la construcción de grandes infraestructuras, como ejemplo túneles, que generen un volumen excesivo para la capacidad andorrana.

Con todo, la elinación de las cenizas, que había provocado el rechazo de todos los comunes a habilitar espacios a sus términos parroquiales para depositarlas, queda resuelta con el convenio un plazo de cuatro años, pero no definitivamente, y el ministro Puigdellívol ya ha anunciado el estudio sobre un futuro centro de tratamiento en territorio propio, aun cuando “no sabemos si es prudente que el horno es pequeño”.