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‘A título personal, estoy en desacuerdo con la encarcelación de periodistas el mero hecho de ejercer su trabajo, pero hay que comprender que en Cuba han muerto más de 3000 personas a causa de las acciones financiadas desde el exterior. El mismo Fidel considera que no se puede hablar en
Ramonet cree que los hechos deben estar bien contextualizados y reiteró que para Castro, los comunicadores encarcelados no lo están ejercer su profesión, sino acusados de alta traición al haber recibido apoyo del ‘enemigo’ exterior durante un estado de guerra.
Desafortunadamente y guardando las distancias, estos argumentos recuerdan a los manifestados otros regímenes, como el del dictador Augusto Pinochet en Chile, en el que varios putados casos de derechos humano defendían su actuación arguyendo un supuesto estado de ‘guerra interna’ que, desde su punto de vista, legitaba su accionar.
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