Todo parece indicar que, le pese a quien le pese, con los resultados electorales, Carles Manté no continuará en la Conselleria de Sanidad. La única posibilidad sería un Gobierno de CiU donde el director general del SCS de la época del partido convergente, Enric Mangas, podría volver a la Dirección General y dejar a Manté como su mano derecha.
Todo parece indicar que, le pese a quien le pese, con los resultados electorales, Carles Manté no continuará en
Por si acaso no gana CiU, Manté ya planifica su salida dando nuevos proyectos y potenciales contratos al Consorci Hospitalari de Catalunya (CHC). La historia no es nueva, y ya hace tiempo que desde
Este modelo de funcionamiento tiene una gran tradición en el sector. Por poner sólo un ejemplo, cuando se construyó el Parc Sanitari Pere Virgili, que se desarrolló en varias áreas estratégicas de actuación: socio sanitario, laboratorios, central del los servicios de urgencia, etc., la inversión del departamento fue multillonaria, y la participación del CHC de forma directa o indirecta continuó de tal forma, que al final era difícil definir quien marcaba la estrategia sanitaria, si el departamento o el CHC.
Manté ahora lo ha ligado mejor al desarrollar un nuevo equipamiento sanitario desde el departamento en el barrio de San Andreu de Barcelona. Todo parece indicar que el proyecto será gestionado, como siempre, de manera directa o indirecta el CHC.
En sanidad, desafortunadamente parece que, gobie quien gobie nada cambia, y al final alguien, casi seguro el ciudadano, es el que acaba pagando estos contratos de gestión que muchos profesionales del sector se preguntan para qué sirven, más allá de asegurar puestos de trabajos muy bien remunerados para los que son del grupo. Ese pequeño lobby de gestores que se han aferrado a la silla y parecen juramentados para que, gobie quien gobie, ellos mantengan sus trabajos y su poder adquisitivo.
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