El consejero de
En los últos meses, el urbanismo es el centro de debate de todos los partidos políticos sobre todo a raíz de la ‘Operaicón Malaya’. Como les informaba PRNoticias, los constructores se quejan de esta presión, que dilata mucho en el tiempo los trámites necesarios para edificar e pide que los proyectos avancen.
Las instituciones se defiende: solo están haciendo su trabajo; ‘vigilan’ que no exista corrupción en los municipios. Y es que los constantes ‘pelotazos inmobiliarios’ que están saliendo a la luz en las últas semanas, han hecho saltar la voz de alarma entre los responsables en los Ayuntamientos y las Comunidades. Todos se desvinculan de la política del ‘ladrillo descontrolado’ y muestran su cara más heroica en la lucha contra la especulación urbanística.
El constante enriqueciento de algunos políticos y constructores, ha llevado a las administraciones a promover iniciativas legislativas para luchar contra la corrupción. Esto, unido al desplome de la vivienda en Estados Unidos de hasta un 9,5% con respecto a 2005 (el mayor descenso desde 1970) y el aumento de las casas en alquiler en España, son factores que comienzan a abrir una grieta en la llamada ‘burbuja inmobiliaria’. Los expertos aseguran que no puede hablarse de ‘pinchazo’, pero sí de descenso en el incremento del precio.
Este año las viviendas han subido entre un 8 y un 10%, tres puntos menos que en el año 2005. Las previsiones apuntan a que esta tendencia pueda continuar hasta el punto de que algunos ya apuntan a que en 2007 las casas solo subirán de forma silar al IPC. Y es que datos como que la superficie urbanizada en España haya crecido en 10 años una cuarta parte más de lo que ocupaba, que el suelo urbanizable haya incrementado su precio en hasta un 500% y la vivienda en un 150%, empiezan a ahogar demasiado la economía de las familias españolas, no hablar de los perjuicios medioambientales.
Medios estadounidenses como el Washington Post se hacen eco de la situación que vive España en este sentido: ‘el boom inmobiliario español de los últos 10 años alenta la corrupción, las actividades mafiosas, destruye ecosistemas y destrozan gran parte de la costa’. Los tres millones de viviendas que se han levantado en España, y que suponen el 40% de toda la construcción europea, han fomentado una economía sumergida apoyada en el alto precio de las casas, que genera millones de euros en fondos ilícitos y ayuda al blanqueo de dinero.
Toda esta situación, ha derivado en un ‘hartazgo’ generalizado de las familias españolas, que ven cada vez más difícil adquirir una vivienda. Estos factores pueden ayudar a que el sector deje de expandirse como lo ha hecho hasta ahora, aunque ni mucho menos puede hablarse de crisis.
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