Porqué no será Madrid así todos los días. Los menos afortunados que los días de fiesta tenemos que trabajar sabemos de lo que hablamos. Las carreteras sin coches para ir al trabajo, el transte público vacío en hora punta y enca, justo hoy, un sol de esos que cuando abres las persianas inunda toda la habitación, aunque sean las ocho de la mañana.
Madrid está de fiesta, la de su patrona, la de
Cuentan que yendo el Cid desde Toledo a Madrid encontró en una zanja a un leproso pidiendo auxilio. Al ayudarle a salir, el enfermo tomó forma de mujer y resultó ser
Ay, Almudena, no ayudaste a la alianza de civilizaciones… ya no puedes hablar en la vida pública, lo tienes prohibido, has disgustado al jefe. Zapatero… ‘¡A la hoguera con ella!’ como con todo lo que contradice tus deseos, tus aspiraciones, tus objetivos o no satisface tu ego presidentil. ¿O acaso podemos cambiar la memoria historia del Cantar de Mio Cid para tener algo de talante con los de Madrid y no dejarles sin icono y sin fiesta local? Seguro que si en vez aparecerse hace 600 se apareciera ahora ponía al Cid frente a la celda de De Juana Chao ¿o tal vez volviera a indicar el camino para conquistar Madrid al Islam? No, no podría, no la dejaría el presidente.
En fin, pongamos que hablo de Madrid…
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