30 plumas de oro, y no precisamente de la gallina del cuento, que en ese caso se trataba de huevos, sino las que Torrejón (plumas, no huevos, aunque de esto también) tenía para firmar sus recalificaciones. ¡No una ni dos, sino 30! El urbanismo está en crisis, bueno, no tanto el urbanismo sino los urbanistas, o mejor, no tanto los urbanistas sino los amigos de los urbanistas, es decir, los políticos locales. El boom del ladrillo ya ha estallado, pero no en forma de conflicto económico sino de crisis moral, o política… ¿o moral y política juntas?
Beteta apunta sus cañones contra la nave socialista. Diez bombazos como diez trallazos, a 30 plumas de oro hacen un total de 300 artilugios afilados cargados de tinta para firmar millones, digo, reclasificaciones. Y es que el PP ha denunciado ante
En fin, pongamos que hablo de Madrid…
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