Mientras que la obesidad crece como una epidemia entre los niños de los países desarrollados, la falta de alento y la malnutrición sigue siendo una realidad para aproxadamente 200 millones de niños menores de 5 años. La malnutrición causa la muerte cada año a cerca de 13 millones de menores de 5 años.
Mientras que la obesidad crece como una epidemia entre los niños de los países desarrollados, la falta de alento y la malnutrición sigue siendo una realidad para aproxadamente 200 millones de niños menores de 5 años. La malnutrición es una de las causas, directa o indirecta, de la muerte cada año de aproxadamente 13 millones de menores de 5 años.
Este contrate se puso de manifiesto ayer, durante la celebración del Día Mundial de
La tremenda realidad de los países en desarrollo choca con la situación de los países occidentales. Es la otra cara de la moneda, tan descorazonadora como desconcertante, que muestra un problema basado en la sobrealentación infantil.
En España el 14% de las personas entre los 2 y los 24 años de edad padece obesidad, una cifra que según los expertos irá a más si no se frena la tendencia actual. No se trata de algo estético, sino de un verdadero problema de salud, ya que un niño con exceso de peso tiene mucho riesgo de convertirse en un adulto obeso, con los problemas y enfermedades que eso puede provocar.
Las consecuencias de la obesidad infantil suelen ser a largo plazo, pero están ahí y favorecen, entre otras cosas, la aparición de ciertos tumores, alteraciones endocrinas y sobrecarga en el sistema osteoarticular.
Para acabar con esta pandemia es tante la prevención, y un cambio en nuestro hábitos alenticios pero también en nuestras normas y costumbres sociales actuales. Por eso hay que promover la lactancia materna durante los 6 preros meses, algo que choca con la sociedad actual, que no ofrece el apoyo necesario a las madres trabajadoras para llevar a cabo este cometido.
También es tante recuperar la ‘dieta mediterránea’, promoviendo el consumo de verduras, legumbres y frutas y evitando la excesiva administración de grasas, bollería industrial y pizzas. Además hay que respetar las 4 comidas principales, sin olvidar el desayuno, y controlar el ate calórico de éstas. Otro aspecto tante es el del ejercicio físico. Es necesario fomentar las actividades al aire libre y ayudar a que nuestro hijo sea un chico activo.










