Estos son los que nos gobiernan. Venían con ganas. Bajaban la calle de Alcalá con la pérfida intención de cerrar las Ventas, y en eso estamos. Hay una carrera clausurar las plazas, prohibir la tauromaquia y sustituirla la zoofilia, que no es arte pero sí vicio, y no otra cosa es la progresía, sino inclinación viciosa lo fácil, atracción vertiginosa el vacío y las identidades húmedas y huecas.
En Barcelona, los de
Nuestro gobierno irrumpe en las costumbres de los españoles con un pulso totalitario insotable. Dicen en Barcelona que no hay público para los toros. Hace dos años asistí en la Monumental a una corrida con José Tomás y la plaza abarrotada. Ya lo ven. Y si no hay público que lo subvencionen. ¿NO subvencionamos el insotable cine español con el sólo pretexto de que es nuestro? Este año nuestro cine ha perdido seis millones de espectadores, y aquí nuestra ministra está pensando en gravar las entradas para el cine americano y darles el dinero a los del cine español, para que sigan montando las orgías de lo políticamente correcto a lo que nos tienen acostumbrados.
Que no maten al toro, dice ahora
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