El pasado día 30 leían nuestros lectores que habíamos vuelto a nacer. Con la ilusión que se hacen estas cosas, me he desplazado a Roma para pasar la nochevieja con mis hijos. A las 8:05 de la mañana entrábamos en el maldito aparcamiento D de la estación T4 y proferíamos a bajar nuestras maletas justo enca de los más de 500 kilos de muerte y horror que una vez más los asesinos y terroristas ( entre los que incluyo a los que los apoyan, a los que los silencian y a los que les dan dinero) habían colocado para dar la bienvenida al nuevo año y a las aspiraciones de un Presidente que ya ha demostrado a todos los españoles que debe ditir.
Se que estas palabras caerán muy mal entre Moraleda y sus colaboradores que una vez más tratarán de ocultar lo que es una verdad a voces: eta es una banda de asesinos y a los asesinos hay que llevarlos a la justicia y a la cárcel. El presidente Zapatero, que no ha dado ninguna respuesta contundente, ha cedido los trastos a Rubalcaba, conocedor como nadie del horror del 11M, que lamentablemente ha dedicado su tiempo a callar a las víctas. Pues bien, yo hoy soy una vícta, no que me haya quedado sin coche, que me da igual, sino que estuve paseando el maldito aparcamiento y nadie, ni los servicios de seguridad, ni la policía de Rubalcaba, ni los resortes de Zapatero, nos avisaron de que debíamos salir. Y no me creo, a la vista de la salvajada y el bombazo sin precedentes, que solamente dos pobres ciudadanos ecuatorianos hayan sido las víctas mortales de tan bestial suceso.
El Gobierno vasco dice que no hay qué suspender el trato con los mafiosos, Zapatero ha realizado confusas declaraciones demostrando una vez más su falta de conociento y su provisación en todo. Este artículo no está hecho desde la ira pero sí desde el corazón de un padre que cuando despegaba rumo a Roma pudo ver la ventanilla del avión a las 9:01 cómo volaba
Todos los países democráticos del mundo no han cedido al chantaje de los terroristas que el Estado de Derecho no se puede plegar ni a las amenazas ni a los ataques ni a las bombas de un grupo de asesinos que han demostrado que su única arma es la cobardía, el terror y la muerte. España no merece los gobernantes que tenemos ni las mentiras que escuchamos ni los cantos de sirena en los que al final a las alañas se las llama chicos de la gasolina, a los asesinos se les deja amenazar a la justicia y a los políticos de tercera se les deja dirigir un país que es de prera. Rubalcaba, Zapatero y los gestores de AENA deben ditir. Los datos atados la banda de asesinos los ha recogido del diario El País en su edición internacional, en la que nuestros compañeros cuentan que desde las 8 de la mañana los asesinos habían avisado a las autoridades sobre la colocación de una nueva bomba como método para continuar negociando con Zapatero y sus débiles argumentos.
Pedro Aparicio, UNA NUEVA VÍCTIMA DEL TERRORISMO.
Todos aquellos afectados el atentado pueden dirigirse y enviar sus datos a [email protected] para realizar una reclamación conjunta a AENA y nuestros gobernantes.










