La nueva edición de la Pasarela Cibeles comienza con la polémica de evitar la extremada delgadez de las modelos que ella desfilarán. La Comunidad de Madrid, IFEMA, ACME y SEEN se ponen de acuerdo a la hora de establecer la masa coral mína del referente de belleza, excluyendo a cinco de las candidatas a desfilar y suponiendo un ejemplo para evitar enfermedades nutricionales.
La nueva edición de la Pasarela Cibeles comienza con la polémica de evitar la extremada delgadez de las modelos que ella desfilarán. La Comunidad de Madrid, IFEMA, ACME y SEEN se ponen de acuerdo a la hora de establecer la masa coral mína del referente de belleza, excluyendo a cinco de las candidatas a desfilar y suponiendo un ejemplo para evitar enfermedades nutricionales.
La anterior edición de la Pasarela Cibeles estuvo rodeada de polémica antes y después del certamen, cerrando sus puertas con un debate que parece haber terminado con el triunfo de la no delgadez. La polémica también ha precedido a esta edición, esta vez sin lugar a debate y con las medidas establecidas: las que deben tener las modelos y la de no desfilar en caso de no cumplir con los requisitos.
El motivo el cual se ha establecido una masa coral mína es el hecho de que las modelos, en este caso de la Pasarela Cibeles, son un referente de belleza para los jóvenes y no tan jóvenes que abusan de los problemas nutricionales para conseguir parecerse a aquellas modelos, que, como indica su nombre, son consideradas un ejemplo a seguir.
Con estas medidas se pretende evitar un lado que los jóvenes traten de conseguir ese físico medio de recursos insalubres y suicidas como la anorexia y la bulia, y otro que cesen las acusaciones de que los problemas anoréxicos y bulímicos son provocados la pasarela Cibeles.
Es la prera vez en la historia de la moda en el que un certamen internacional exige que todas sus modelos tengan una agen saludable. Aunque el verano pasado un desfile organizado en Barcelona que mostraba trajes de novia, exigió a sus modelos que tuvieran una talla mína, concretamente la 38, si querían desfilar la pasarela del evento. En esta ocasión los organizadores indicaron que el motivo era ‘contribuir a que la opinión pública no asocie a la moda, y concretamente los desfiles, al aumento de la anorexia’.
Desde hace tiempo que las Asociaciones de Afectados la Anorexia y la Bulia reclamaban estas medidas reclamando un cambio en las modelos como reflejo de un cuerpo perfecto. Estas medidas fueron escuchadas y secundadas la Comunidad de Madrid y ha contado con la aprobación de IFEMA y ACME, entre otros plicados en el certamen.
El criterio del peso que deberían tener las modelos fue puesto la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y el gobierno regional de Madrid el cual establece que no podrá desfilar ninguna mujer con un índice de masa coral inferior a 18, un coeficiente que se obtiene a partir del peso y la estatura de las personas, lo cual equivale a una mujer de 1,75 metros de altura y 56 kilos de peso.
Susana Monereo, responsable de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de Getafe (y colaboradora del programa de televisión «Saber vivir»), confirmó que alguna de las rechazadas había dado un IMC de 16, lo que equivale a medir 1,80 centímetros y pesar menos de 50 kilos. Sin embargo Monereo puntualizó que la extrema delgadez de las chicas rechazadas no quiere decir que estén enfermas.
Esta edición contará también con la novedad de casar diseño con gastronomía. Todo parece ser un alegato al buen comer en donde las flacas no caben y 35 cocineros crearán un plato cada desfile, inspirados en las colecciones.
