José Luis de la Serna, subdirector de El Mundo y Editor Jefe del Área de Salud escribe uno de los capítulos del Manual de Comunicación en Oncología que la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ha editado, en colaboración con la compañía biotecnológica Amgen, con el objetivo de mejorar la comunicación oncólogo médicopaciente. En este dúo médicopaciente, los medios de comunicación son el tercer elemento que conforma un triángulo muchas veces peligroso si no se saben delitar bien las líneas.
José Luis de la Serna, subdirector de El Mundo y Editor Jefe del Área de Salud escribe uno de los capítulos del Manual de Comunicación en Oncología que
Los medios de Comunicación y el paciente. Como bien apunta de la Serna en el capítulo Los Medios de Comunicación y la Información sobre el Cáncer, ‘El único medio que tiene el ciudadano de adquirir conocientos que no estén relacionados con la profesión a la que se dedica es a través de los medios de comunicación’. Y dentro de ese saco entra la información sobre la Salud en general, y el Cáncer en particular.
El subdirector de El Mundo aclara que, según una encuesta llevada a cabo de forma aleatoria, semiestructurada y estadísticamente representativa de la sociedad española, ‘lo único que ta al hombre y a la mujer de la calle es el cáncer. Luego quizá el sida. Después, prácticamente nada’.
Si partos del hecho de que los medios de comunicación son la única fuente de información del ciudadano de a pie, y tenemos en cuenta que lo que más le preocupa a ese ciudadano es el cáncer, no cabe la menor duda del tante papel que tenemos los periodistas a la hora de publicar una u otra información, darle uno u otro enfoque, y más o menos credibilidad.
El problema es, según José Luis de la Serna, que ‘el binomio que deberán conformar el interés la información sobre temas de cáncer que tiene la sociedad y la sensación de la misa de estar realmente informada no está todavía suficientemente modulado’. Por lo tanto, unos otros, queda muchos hacer en Comunicación sobre Salud.
A veces, los periodistas echamos la culpa a los grandes medios de comunicación, a las grandes empresas, no reservar más espacio para los temas de medicina. Esa no es la cuestión, sino ¿se hace periodismo de calidad? Se puede hablar poco y bien, o mucho y mal. Como apuntó un periodista durante el almuerzo celebrado con motivo de la presentación de este libro ‘nunca se ha hablado más y peor de cáncer en este país que cuando la muerte de Rocío Jurado’.
‘La prensa de los países industrializados’, dice de la Serna, ‘se ha ocupado de las noticias relacionadas con la medicina y con la biología de forma desigual’. EE UU lleva prácticamente un siglo dedicando parte de sus publicaciones estos temas, y el New York Tes cuenta con 25 años de experiencia en esta área, a través de un suplemento semanal. España tiene cultura propia, y no es precisamente una cultura de ciencias.
¿Quién tiene la culpa de esta situación? En el capítulo se dice que los medios de comunicación se han convertido en el ‘mejor vehículo para aproxar la ciencia y la medicina al ciudadano’. ¿Recae así todo el peso en los profesionales de la comunicación? ‘nunca escribas de lo que no entiendes’. ¿Qué ocurre con los profesionales de la medicina?
Quizá periodismo y medicina no son compatibles. Periodismo significa inmediatez, significa un dato, muchas veces subjetivo y cuánto antes mejor. Medicina es investigación, debate, duda, y en últo término consenso.
El Editor Jefe del Área de Salud de El Mundo ve la solución a esta falta de entendiento en hacer un periodismo riguroso a través del ‘Protocolo de la comunicación de la ciencia y la salud’ de The Royal Society de Gran Bretaña. ‘Si unos (expertos) y otros (periodistas) tuvieran en cuenta las reglas que se resumen tan sólo en una página, la gran mayoría de las noticias médicas que se publican en el mundo serían de una calidad inigualable de un valor enorme para los ciudadanos y no generarían ni esperanzas infundadas ni temores sin sentido’.
Los periodistas deberían especializarse un poco más, adquiriendo conocientos que les permitan entender lo que dicen los expertos y escribirlo para que lo entienda la audiencia; y los profesionales de la medicina, como decía Michael Crichton, el multillonario autor de ‘best sellers’ como Parque Jurásico, en una conferencia en Los Ángeles, ‘es hora de que algunos científicos salgan de los laboratorios y de sus consultas para divulgar lo que saben desde los medios de comunicación de masas’.
Seguiremos Informando… mejor…
