Uno de los lastres que tradicionalmente ha arrastrado el Partido Popular es el falso concepto de estar formado gente de clase media y media alta, consecuencia directa de la asociación que se hacía de la derecha con este tipo de círculos sociales. Después de 30 años de democracia parece que todavía no se ha superado del todo aunque si se ha producido un avance tante. Parte de la culpa de que este estereotipo siga presente en la sociedad española se debe al comtamiento de determinados miembros dentro del grupo y muchas han sido las parodias hechas en este sentido, sobre todo durante la época de José María Aznar cuando se decía que ‘el Congreso olía a perfume de Chanel’. Uno de los lastres que tradicionalmente ha arrastrado el Partido Popular es el falso concepto de estar formado gente de clase media y media alta, consecuencia directa de la asociación que se hacía de la derecha con este tipo de círculos sociales. Después de 30 años de democracia parece que todavía no se ha superado del todo aunque si se ha producido un avance tante. Parte de la culpa de que este estereotipo siga presente en la sociedad española se debe al comtamiento de determinados miembros dentro del grupo y muchas han sido las parodias hechas en este sentido, sobre todo durante la época de José María Aznar cuando se decía que ‘el Congreso olía a perfume de Chanel’.
Algo silar a lo que ocurre a día de hoy en la Asamblea de Madrid. En el hemiciclo madrileño aún quedan políticos que siguen alentando esta idea. Por ejemplo, en este sentido destaca enca del resto la Vicepresidenta Prera de la Asamblea de Madrid, Cristina Cifuentes, una mujer muy preparada y con una gran experiencia profesional que sin embargo se pierde en el bolso de Prada, los zapatos de Loewe y el traje de Armani. Desde luego una agen que empaña su trabajo diario.
Nos encontramos entonces con una faceta que el PP todavía no ha trabajado y que afecta y mucho a su agen de cara al electorado. El pueblo no se siente identificado con este perfil y lo tanto no lo vota. Independientemente de que el producto sea bueno, el contenido no llega a la ciudadanía, ya que ven en a esta clase política en un universo paralelo.
De nada sirve la licenciatura en derecho, el Master en Administraciones Públicas o un largo currículo profesional si a la hora de la verdad los madrileños con lo que se quedan es con el tacón de aguja, el pañuelo de Dior y el perfume de Hermés, en definitiva, con la idea de una persona superficial con la que no se sienten identificados.
Se acercan las elecciones, quedan menos de cien días para que la gestión del gobierno de Esperanza Aguirre en Madrid se ponga a examen y en el PP no parece que se hayan dado cuenta de que culpa de comtamientos e indumentarias INADECUADAS se dejan el camino muchos votos que podrían ser definitivos. Y gran culpa de esta situación la tienen las personas que se encargan de la Comunicación del partido. No se entiende qué no copian de la Presidenta Esperanza Aguirre, sabe bailar un chotis y tomar una sangría como se cae de un helicóptero o entra en la Asamblea con el zapato roto. Los políticos deben ser todoterrenos, y ahora más.
¿Si al presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, le han puesto hombreras para aumentar su credibilidad y a Felipe González le pusieron canas para dar sensación de seriedad qué no moldean también la agen de ALGUNOS miembros del PP?
