La influencia de promotores en las políticas locales es una práctica habitual desde hace ya varios años. Las formas de actuar son diferentes en cada caso pero todas persiguen un mismo fin, favorecer los intereses privados enca de los de el municipio. Una de las últas formas llevadas a cabo los agentes urbanísticos es la de conseguir el Gobierno del Ayuntamiento mediante una victoria en las elecciones. Para ello, en pueblos de menos de cien habitantes se empadronan un número determinado de nuevos vecinos suficiente como para que las urnas se decanten el candidato elegido el constructor. La influencia de promotores en las políticas locales es una práctica habitual desde hace ya varios años. Las formas de actuar son diferentes en cada caso pero todas persiguen un mismo fin, favorecer los intereses privados enca de los del municipio. Una de las últas formas llevadas a cabo los agentes urbanísticos es la de conseguir el Gobierno del Ayuntamiento mediante una victoria en las elecciones. Para ello, en pueblos de menos de cien habitantes se empadronan un número determinado de nuevos vecinos suficiente como para que las urnas se decanten el candidato avalado el constructor.
Esto es precisamente lo que está pasando en la Sierra Norte de Madrid y que vienen denunciando desde hace tiempo Ecologistas en Acción. Se acerca el periodo electoral y el río está revuelto. Toda la zona de la Sierra Norte se caracteriza estar formada pequeños pueblos que en la mayoría de los casos no superan los cien habitantes y donde hay extensas zonas de vegetación, parques naturales, bosques y robledales.
Precisamente el número tan reducido de vecinos de estas zonas, la forma de hacer política en estos pueblos es con la participación directa de los ciudadanos. En los municipios de menos de cien habitantes existe el Concejo Abierto donde se vota directamente a las propuestas del Ayuntamiento y en consecuencia son esos vecinos los que aprueban o rechazan las iniciativas. Una fórmula que no favorece en nada a los promotores de la zona que ven, con las manos atadas, como sus proyectos no salen adelante a favor de los intereses del pueblo.
Por ello la única forma de ‘meter mano’ en estos municipios es, prero aumentando el número de habitantes de tal manera que se supran los concejos abiertos y, en segundo lugar, haciéndose con el poder en el Ayuntamiento. Para ello se han puesto de moda los empadronamientos irregulares, es decir personas que no viven en el pueblo pero que se empadrona ahí para poder votar en las elecciones.
En la Sierra Norte, más del 44% de la población está mal empadronada, según Ecologistas en Acción. De los 3.238 empadronados en la zona, sólo 1.796 viven realmente en estos municipios. Uno de estos ejemplos es puebla de la sierra, cuyo caso ya se ha denunciado como delito electoral en el juzgado de Torrelaguna. En el caso de puebla, nos explica Lourdes Elías de Ecologistas en Acción, hace unos años los vecinos rechazaron en concejo abierto la venta de unos terrenos donde se levanta un robledal centenario para la construcción de viviendas. Ahora, el creciento de habitantes ficticios el concejo abierto se ha suprido y el Ayuntamiento ha previsto dentro del Plan Parcial la construcción de 50 viviendas en esos mismos terrenos que hace unos años rechazaron los vecinos.
Este es un caso de los otros muchos que se vienen produciendo en municipios como Horcajuelo de la Sierra, Horcajo, Berzosa del Lozoya, el Berrueco, etc. Además, existe una gran complicación a la hora de estudiar a los titulares que se encuentran detrás de estas empresas promotoras asentadas en la zona, ya que son en su mayoría empresas fantasmas no conocidas pero con fuertes intereses en esta zona de la Comunidad de Madrid.
Seguiremos Informando…
