El reciente y sorprendente ataque de Javier Moreno, director de El País, a El Mundo, que hasta ahora no había entrado personalmente en la guerra de los medios, ya tiene respuesta. Pedrojota en su columna de ayer, valiéndose de una versión de la novela ‘Un enemigo del pueblo’, explica a Moreno la base del odio de Prisa hacia El mundo, ‘a base de ver en su adversario el compendio de todos los males, termina odiándolo hasta el extremo de sufrir con su felicidad y no poder sotar su propia existencia’.
La respuesta de Pedrojota es fruto de las declaraciones que Javier Moreno hizo durante la conferencia inaugural de la Escuela de Periodismo de El País, delante de Jesús Polanco, Juan Luis Cebrián y Joaquín Estefanía. el director del diario de Prisa dijo que ‘resulta de todo punto inadmisible, que una radio, propiedad, nada menos, que de la Conferencia Episcopal, y un periódico sensacionalista dedicado a pescar en los caladeros de la derecha más extrema, se hayan embarcado en una grave operación de desestabilizar a las instituciones democráticas sin parangón en Occidente’, siendo el fondo del asunto, las investigaciones del 11M.
Unas declaraciones que vinieron a engordar la polémica abierta después de que Octavi Martí, corresponsal de El País en Francia, pidiera públicamente en la televisión francesa, el cierre del diario El Mundo y de la cadena COPE.
Ante esta avalancha de críticas, Pedrojota ha salido a la defensa. En su artículo de los domingos, publicado en la edición presa de ayer, dice no conocer personalmente a Moreno, a quien denomina ‘meritorio nuevo director’, donde lo de ‘meritorio’ no se refiere a los méritos profesionales, sino a los méritos que Moreno intenta hacer frente a Jesús Polanco con ese ataque.
Pedrojota utiliza en su artículo una versión de Un enemigo del pueblo, donde uno de los personajes del drama, Hovstad, es el director de La voz del pueblo. En el se refleja la lucha terrible entre la verdad de lo que ha descubierto el doctor Stockmann y lo que el pueblo está dispuesto a aceptar. Las dos caras de Hovstad, entre el idealismo y la cobardía, según Pedrojota, son propias de la agen ajena y propia del periodista, y con mayor razón del director de un periódico, ‘en la medida en que nuestras ideas y actitudes suscitan la empatía o el repudio de millones de personas, pasamos sultáneamente ángeles y demonios’.
En el artículo, Pedrojota de dice a Moreno, que ‘la tolerancia es la columna vertebral del pluralismo y nadie hay tan enfermo como el maniqueo que, a base de ver en su adversario el compendio de todos los males, termina odiándolo hasta el extremo de sufrir con su felicidad y no poder sotar su propia existencia’. Pedrojota escribe que esto es lo que le pasa a Prisa con El Mundo, y la cosa es ya vieja, del tiempo ‘en el que Juan Luis Cebrián bautizó como sindicato del cren a quienes íbamos cercando con nuestras averiguaciones a los crinales a los que él protegía’. Un enfrentamiento que continua en estos momentos, ‘el nuevo director nos presentó ante los alevines de su master de periodismo como la mayor amenaza mediática para la democracia jamás surgida a ambas orillas del Atlántico’.
Pedrojota tiene clara cuál será la actitud de su diario en esta guerra mediática, ‘nunca propugnaremos el cierre de El País ni les lapidaremos con pedruscos del calibre ¡sin parangón en Occidente!, de los que ellos nos lanzan a nosotros. Siempre argumentaremos, debatiremos y razonaremos’, ha concluído.
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