Zapa, que está a punto de entrar en la categoría de los innombrables, está a punto de darle suelta a De Juana, en un caso más de rendición preventiva, dispuesto a ponerse una vez rojo antes que ciento amarillo. Los últos episodios en la vida del asesino han terminado con las dudas del presidente. En su aislamiento de la Moncloa ha comprendido que si el asesino no muere de hambre perderá la vida en ‘la pequeña muerte’ que los franceses llaman al orgasmo. El riesgo del sujeto no está en la dieta de suero que sigue sino en los brazos de la mujer ‘borroka’, en los asaltos de esa aizkolari que le acosa y que promete, como nos han dicho algunas en algún rapto de pasión, matarnos a polvos.
Estas y no otras deben de ser las razones estadas Zapatero para abrir la celdapuerta del lecho nupcialmortal de de Juana. La cobardía del presidente, el arrugamiento del estado de derecho, las humillaciones a las que le han sometido y las que le van a infligir durante los homenajes que se preparan al pistolero, anticipan que al rendirse, Zapatero tendrá la derrota y la vergüenza en cuotas idénticas. Durante los últos días el presidente ha escuchado a ese botarate subvencionado que en la extrema Extremadura le ha pedido que saque a De Juana, y a López, ese hombre que sólo pudo ser político que era el único terreno donde podía esconder su mediocridad, le ha escuchado lamentar la situación de los presos y en especial la de este asesino que nunca se ha arrepentido ni lo hará de los 25 crímenes que cometió.
Hoy han ganado, Zapa. Han vuelto a matar, con tu ayuda, a los 25. Eres responsable del champán que va a correr el País Vasco, ese cava que va a mojar pistolas y manos llenas de sangre. Si esta es tu paz, prefiero morir con la dignidad de quienes han defendido a los suyos.
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