Han celebrado el Día internacional de la mujer como si fueran la avanzada de un progresismo que respeta a la mujer más allá de lo que cualquiera hubiera hecho jamás. Tienen afición a ser la vanguardia, y a dar lecciones de ética. Cogen una respuesta a una entrevista de tono frívolo y la despiezan para arrojarla contra el que lo dijo. Mezclan la ética y la estética, siempre según sus intereses. Cada tarde, un gallo botarate enloquecido, despluma los periódicos en busca de víctas. El programa tiene nombre de perfume. Y sin embargo, tienen cerca, muy cerca, algunas indecendias que podrían comentar y denunciar, si no fueran de su amo, que cuando son del amo parecen diferentes.
La noche del Día de la mujer, y quizá la anterior y la siguiente, que parece programa habitual, Localia emitió un esperpento de programa, que ni siquiera difundido a medianoche, en ese horario que dicen ya no es infantil y en el que según Sofres suele haber unos 300.000 niños de hasta doce años viendo la tele, ni siquiera en ese horario, era sotable sin sentir un sonrojo y una arcada, o dos. Una señorita ligera de ropa juega al poker con el presentador. La chica pierde, se queda sin fichas, y en ese momento el presentador le ofrece cambiar su ropa fichas nuevas para seguir jugando. La jamona se desnuda, y sigue la partida, larga partida, en bolas, que es como se juega a las cartas. Para los amantes del detalle: la chica era siliconada, se mostraba incómoda, y podríamos decir que perdió hasta la ropa interior.
La hipocresía no tiene límites, y cuando se tiene un canal que no hay manera de levantarlo, no está bien intentar subir la moral a base de convertir a las mujeres en ganado. ¿Dónde está el Cac?, que supongo que esta sesión de ca trémula se ve también en Cataluña.
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