Si una empresa hace pública su RSC, se le pueden pedir cuentas

El cierre del I Congreso Internacional de Comunicación Corativa que se ha celebrado en Salamanca ha estado a cargo del director de Comunicación de Mapfre, Juan José Almagro, que ha destacado que las empresas deben asumir este compromiso de forma voluntaria, pero que una vez que se han planteado desarrollar esta política, deben satisfacer la demanda del cumpliento del mismo. Las coraciones, aseguró, deben desarrollar sus negocios de forma eficiente, pero ahora deben hacerlo en un contexto más humano.

Si bien ha reconocido que no existe claridad sobre el concepto de Responsabilidad Social, para Juan José Almagro se trata de una forma nueva de gestionar la empresa, independientemente de su tamaño, voluntaria y basada en valores. La premisa fundamental es que debe ir de abajo a arriba, es decir, no se puede poner desde la dirección, sino que ésta debe guiar su desarrollo. Almagro destacó, pese a su carácter voluntario, que se debe traducir en acciones reales. ‘Las empresas dicen mucho más de lo que hacen, a todo el mundo le gusta presumir’, señaló.

En la sesión de clausura del Congreso, la ponencia ‘Reflexiones sobre la responsabilidad social de la empresa’ se planteó la vigencia de un modelo empresarial tradicional que, mostrando su obsolescencia, continúa presente en algunas compañías. Pero el director de Comunicación de Mapfre destacó el compromiso ineludible de las multinacionales, a las que su protagonismo les exige jugar un rol diferente al que ha desempeñado hasta ahora. ‘De las 30 mayores economías del mundo, cuatro son multinacionales: Exxon, Wal Mart, Shell y BP’.

No obstante, el ponente recalcó que la prera obligación de la empresa consiste en ‘cumplir con su deber’, es decir, generar riqueza y resultados en lo que se dedica, además de dar trabajo, ser eficiente, competitiva e innovadora. Pero la innovación que se plantea hoy es que tiene que hacerlo en un contexto más humano.

Al no existir prácticas universalmente aceptadas, cada empresa debe mirarse a sí misma y confeccionar su propio modelo. Pero el compromiso social activo para la empresa resulta, según Almagro, ineludible y que se debe poner en práctica tanto a nivel interno como externo.

Como orientación, el también director de Resposabilidad Social de Mapfre planteó un modelo en que aparece el buen gobierno, con carácter obligatorio en el cumpliento de transparencia y comtamiento ético. El segundo aspecto es la acción social, que tiene carácter aconsejable y que se ajusta a los recursos de la empresa; mientras que la Responsabilidad Social, el tercer elemento, es exigible, que cuando la empresa hace público su compromiso a través de memorias y documentos, resulta lógico que se le exija el cumpliento del mismo parte de los mercados.

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