Lo anticipó Polanco durante la Junta de Accionistas de ayer. El problema de Hermann Tertsch como colaborador de Telemadrid ya está resuelto. Lo que no sabíamos era de que modo. Las informaciones de El Confidencial indican que el colaborador de El País ha sido despedido aparecer en el programa de Esto Sáenz de Buruaga en Telemadrid. Una decisión que no ha gustado nada en la profesión y que confirma el creciente sectarismo en los medios de Prisa. El caso es que Tertsch se había vuelto en un periodista incómodo para el Gobierno, para Polanco y para el propio Javier Moreno.
Las cosas están revueltas en el panorama político y mediático y lo peor es que los periodistas están en el medio de todo, siendo muchas veces los principales perjudicados. El caso de Herman Tertsch es paradójico. El periodista de El País ha debido abandonar la que fue su casa durante muchos años acudir de manera esádica al debate de opinión de Telemadrid conducido Esto Sáenz de Buruaga. Las informaciones publicadas El Confidencial indican que la dirección del periódico le dijo ‘O abandonas Telemadrid o dejas de trabajar con nosotros’.
El propio Polanco comentaba la tarde de ayer en la Junta de Accionistas de Prisa que el problema de Herman Tertsch ya estaba resuelto, ante la pregunta de un accionista sobre la participación del profesional en la cadena pública madrileña. Lo que no sabíamos es que en ese momento se estaba haciendo oficial la salida del periodista. El caso es que Tertsch se había vuelto en un profesional incómodo para Moreno y muy crítico con las de Gobierno en política exterior y lucha antiterrorista.
Tertsch también pertenece a la vieja guardia de El País, periodistas que no están de acuerdo con la actuación del actual director del diario y que son incómodos para el funcionamiento de la actual estructura del diario. De esta manera, no es de extrañar que fuera el propio Moreno es que forzara la salida del periodista de El País, utilizando su participación en Telemadrid como excusa. De esta manera, estaríamos ante una situación preocupante en que los colaboradores y periodistas de El País deban acudir a tertulias autorizados Prisa y solamente a sitios afines. Una censura en toda regla.
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