En la Tierra a miércoles, diciembre 17, 2025

Conthe o el peligro de informar

Notas a la contrapasa

 

No es fácil encontrar definiciones del término regulador en los diccionarios o manuales al uso. Hablamos del regulador que ejerce funciones de supervisión e inspección de ciertos mercados, en un entorno de respeto su autonomía parte del Ejecutivo. Demasiada nueva la figura como para que se haya incorado al manual y ello no nos queda más remedio que recurrir a ese catón virtual que bajo el nombre de Wikipedia  sabe de todo y de todos. Y es ahí donde, haciendo una lectura liberra, descubros una definición que encaja perfectamente, al hilo de la reciente escaramuza protagonizada el presidente de la CNMV, Manuel Conthe y su deseo de informar al Congreso de los Diputados, antes de ditir de sus funciones de regulador del mercado de valores.

 

Y es en Wikipedia donde nos enteramos de que un regulador es un dispositivo (…) creado para obtener un valor de salida deseado en base al nivel de entrada (…). Por lo general, es un elemento de bajada y con una disipación de calor procional. (…). Los reguladores son de dos tipos, fijos y ajustables, de esta forma se puede tener cualquier gama de tensiones con un bajo coste. En sistemas de control se requieren valores fijos con precisión (…) en los cuales los reguladores desempeñan un papel muy tante.

 

El anuncio de Conthe de informar al Parlamento sobre las razones que le llevan a ditir, no ha gustado. Desconozco cuanta gente está en el secreto de lo que quiere informar el actual presidente de la CNMV, pero sólo con escuchar el término informar a muchos les salen sarpullidos y a otros les entra la nervia. Hay que ser estrafalario para querer informar a los padres de la patria del “pollo” que durante año y medio se ha montado en torno a las maniobras orquestadas en forma de opas y contraopas protagonizadas Gas Natural, Endesa, Eon, Acciona, Enel…., y que han mantenido en vilo a cientos de miles de accionistas que son, a la postre, los auténticos destinatarios de que exista un regulador que regule lo que en muchas ocasiones no se quiere regular.

 

Dicho esto, y sin áno alguno de trascendencia, conviene recordar algunos axiomas  básicos de obligado conociento para quien quiera participar de este debate.

 

En prer lugar y para centrar el asunto, algo tan sple en el mundo de la comunicación como el ir a las fuentes y las fuentes, en este caso, es la Ley que regula la creación y funciones de la CNMV o su reglamento de Régen Interior,   y que señalan taxativamente que la Comisión “elevará anualmente, a la Comisión de Economía, Comercio y Hacienda del Congreso de los Diputados, un informe sobre el desarrollo de sus actividades y sobre la situación de los mercados financieros organizados. El presidente de la Comisión comparecerá ante la citada Comisión del Congreso para dar cuenta de tal informe, así como cuantas veces sea requerido parea ello”. Hasta aquí la cita textual que refleja la voluntad del legislador de que sea el Parlamento el interlocutor del regulador y no ninguna otra instancia del Ejecutivo.

 

En segundo lugar, dejar de manifiesto, como se señala en la definición del regulador (eléctrico), citada anteriormente, que estos pueden ser fijos y ajustables y que Conthe pertenece a una escuela determinada y sino que pregunten en el Banco Mundial. Reguladores de los otros, de los que anteponen la ideología de la obediencia a las ideas, también los hay y uno tiene la sensación de que es el perfil que se está poniendo, lo cual a un servidor le ponen los pelos como escarpias. 

 

Y últo recordar que precisamente en este mundo del mercado de valores, la transparencia informativa es algo tan consustancial a su libre evolución como el combustible lo es a la existencia de un vehículo de motor. Si no hay combustible, no funciona. Es ello lo que resulta paradójico cómo se trata de no abrir ventanas en un sector que requiere aire lpio y claridad para su correcto funcionamiento.

No resulta difícil aginar a la Hermandad de Cofrades del Oscurantismo lanzarse sobre Manuel Conthe esta Semana Santa haciéndole “entrar en razón” para que reconsidere su irresponsable postura de contar a “los legítos representantes de los ciudadanos”, como señalan los cánones, sus vivencias del últo año y medio. Pronto veremos si las fuerzas del mal consiguen sus objetivos.

 

Uno se pregunta qué la información al Parlamento de un todavía representante del Estado, resulta inquietante y genera una agresividad tan visceral en las formas como en el fondo.  Conjugar el verbo informar cada día se hace más difícil y eso duele a los profesionales de la comunicación.

 

¿Es cuestión de fuero o es cuestión de huevo? La respuesta ta demasiado poco a demasiada gente.

 

Carlos Díaz Güell

Consejero de Serfusion

 

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