José Antonio Corbera es presidente de los Laboratorios Diafarm y padece leucemia desde 1999. Él mismo se dio cuenta de que los efectos secundarios del tratamiento oncológico no son sólo las náuseas, la pérdida de cabello, el cansancio o la debilidad, sino que hay otros trastornos que afectan a la piel, como la deshidratación, y al aspecto general, consecuencia de la quioterapia y la radioterapia.
‘A pesar de seguir una dieta hídrica muy tante, mi piel continuaba en estado de debilidad. Después de utilizar numerosas emulsiones hidratantes sin resultado satisfactorio, decidí un día probar una formulación especial cuyos componentes activos no se habían utilizado en estos casos’, explica JA Corbera.
Su experiencia prueba que después de dos meses aplicando la emulsión dos veces al día, la piel se recupera, elina escamas y el picor cesa, lo que hace que vuelva un aspecto agradable, aterciopelado y no untuoso.
Aunque todo esto no es una necesidad clínicamente tante, los efectos que produce sí tienen una gran influencia en la calidad de vida del Paciente. En este sentido, oncólogos, dermatólogos y psicólogos constatan que mejorar el aspecto exterior ayuda a la recuperación del Paciente y a la mejora de su bienestar. Hialderm es específica para pieles debilitadas, tanto para las dañadas de forma inmediata (radioterapia), como las que ven sus secuelas a largo plazo, consecuencia de la quioterapia.
Hialdem combina seis principios activos que preparan la piel antes de un tratarla, la protege durante el tratamiento, y la regenera después de este. Ácido Hialurónico para el envejeciento cutáneo; Condroitín Sulfato para reparar los tejidos dañados, y para mantener la hidratación y la elasticidad; Aloe Vera para el aumento de la producción de las células responsables del colágeno natural; y tres vitaminas: proVitamina A, Vitamina E y Vitamina F.
Además, los especialistas recomiendan beber abundante agua, utilizar ropa holgada de algodón o hilo, evitar los perfumes y los productos que tienen alcohol, no exponerse al sol, tener cuidado al rascarse o frotarse, renunciar a tratamientos faciales como ‘el peeling’ o la lpieza de cutis, depilarse con maquinilla eléctrica, no utilizar guantes de crin, manoplas ni esponjas.
