Propaganda, contrapropaganda… y más propaganda

La herida que parecía haberse cerrado el 4 de abril con la liberación de los 15 marines británicos retenidos en Irán vuelve a reabrirse a golpe de videos y declaraciones a los tabloides sensacionalistas. Tras la sorprendente decisión del Ministerio de Defensa de las islas de autorizar a los cautivos a contar sus experiencias en la prensa –que muchos interpretan como un intento de frenar la propaganda iraní el gobierno de Ahmadineyad contraatacó con la difusión de un video en el que los prisioneros aparecían en una actitud distendida. Reino Unido, su parte, ha dado marcha atrás y ha prohibido a los marines seguir vendiendo sus historias.

Propaganda. Vocablo de origen latino que la RAE define como ‘Acción o efecto de dar a conocer algo con el fin de atraer adeptos o compradores’, una definición que se adapta perfectamente a la situación que durante las últas tres semanas han vivido las delegaciones diplomáticas de Reino Unido e Irán la captura de 15 marines tras sorprenderles en aguas persas. Este conflicto, que pronto adoptó un cariz mediático al difundir Irán a través de un canal estatal ágenes de los retenidos, no ha tardado en llegar a los tabloides sensacionalistas británicos gracias a una decisión sin precedentes de la administración Blair: permitir a los cautivos narrar su experiencia previo pago en los medios de Comunicación.

Ante semejante medida, la maquinaria propagandística iraní no se ha quedado pasible: inmediatamente de saltar a los medios las vejaciones a las que fueron sometidos los rehenes británicos, no han tardado en difundir unas ágenes en las que los prisioneros dedicando su tiempo a juegos como el ping pong o el ajedrez, o viendo partidos de fútbol cable. Casi al mismo tiempo, y con motivo del anuncio del presidente Ahmadineyad de su capacidad para producir uranio a escala industrial, el gobierno iraní difundía una grabación en la que se podía observar el fruto del trabajo realizado durante los últos tiempos y que tanto ha molestado en el mundo occidental.

Sin embargo, y como si fuera un partido de tenis, el gobierno británico ha decidido dar un últo golpe, quizás definitivo, al dar marcha atrás en su decisión de autorizar a los marines a itar a los famosos y vender sus historias ‘al no haber arrojado resultados satisfactorios’, según el secretario de Defensa Des Browne. ¿Será eso o es que ya se había conseguido lo que se buscaba?

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