Por su interés, ofrecemos el artículo de opinión realizado esta semana el doctor M. A. Delgado Millán para AZprensa.com
Madrid, del 4 al 11 de mayo de 2007 (AZprensa.com)
Estos días son días preelectorales. Ya están los ‘think tank’ de cada partido pensando en que ofrecer algo novedoso que pueda captar votos para su causa. Y como no podía ser de otra forma, la sanidad es un tema vital. Como dijo un gran político, no hace mucho, la sanidad no hace ganar las elecciones pero sí puede hacer que se pierdan.
Todos los partidos ofrecen cada vez más infraestructuras, más hospitales, más centros de salud, más resonancias magnéticas, menos listas de espera, más, más…
Y casi todos se olvidan de que los enfermos, los pacientes, nosotros mismos, quizás no queremos, ni ‘necesitamos’ tantos hospitales, ni tantas resonancias magnéticas, ni que me tengan que operar decreto de una hernia antes de 30 días… pero sí necesitamos que nos atiendan correctamente, como personas que somos, que nos enseñen a utilizar nuestros recursos asistenciales adecuadamente, que cuando haya una urgencia vital se me atienda como si estuviera en el mejor hospital de EEUU, que cuando tenga un cáncer, la estructura se vuelque en diagnosticarme y tratarme con los mejores medios; que se pueda ofrecer a nuestros hijos las vacunas adecuadas; en fin, que alguien utilice los puestos que pago para atenderme de la mejor manera.
Por eso, no hay que olvidar nunca al paciente ¿Y qué quiere el paciente? ¿Qué querría yo como enfermo?
Prero: que tenga confianza en el sistema sanitario, que sepa que cuando voy a la urgencia de ese centro se va a hacer lo mejor posible, que cuando voy a mi médico de cabecera me va a indicar lo mejor para mí, que los responsables sanitarios hayan utilizado mi dinero de la mejor manera posible y no para ganar sus elecciones. Y muchos de nuestros sistemas sanitarios son muy buenos, pero no sólo el número de hospitales o de centros, o de prestaciones (¡no olvidemos esto! En España, hay más prestaciones que en muchos países de nuestro entorno). Y, para esto, debería haber mejor comunicación de los logros en sanidad, más g
¿Tener un centro de salud a
Segundo: que cuando se tome una decisión asistencial se esté pensando en mí como enfermo, y no en otros intereses. La pregunta que muchos pacientes nos hacen es ¿qué haría usted en mi lugar?
Tercero: que cuando esté enfermo me gustaría que me trataran como una persona, no como un número, que se me respete (¡Cuántas veces olvidamos esto los que trabajamos en la sanidad!), y no sólo el médico, sino el celador, el enfermero, la auxiliar, etc.
Cuarto: que de una vez se pueda conseguir lo que se ha perdido, la relación de mutua confianza con el médico, que para este no sea más que ‘la cadera’ ‘el apéndice’ que el Sr. Gómez… y en eso es donde hay que incidir en cambiar el sistema, en que el médico, según el enfermo, pueda cambiar u ofrecer cosas distintas y no siempre según protocolo, disposiciones, mejor precio, etc. El que el medico vuelva a ser el profesional liberal de toda la vida y no un mero funcionario, y que no se le incentive que gaste menos, sino que sus enfermos se curen mejor. Porque no olvidemos que, aunque el enfermo es el que consiente y elige lo que es mejor para él, el que de verdad elige es el médico ya que él es el que entiende de su enfermedad y el que informa.










