En la Tierra a jueves, 9 mayo, 2024

Consejos para una vida mejor

La enfermedad de Parkinson es progresiva y avanza con suma lentitud. La evolución actual de la patología está muy condicionada la medicación que recibe el paciente para paliar los síntomas. Las perspectivas de padecer la enfermedad durante muchos años con una buena calidad de vida son enormes. Por esto es tante convencer a los pacientes y familiares que unas terapias adicionales son buenas para mejorar la calidad de vida del paciente.

Algunas prácticas diarias podrían ayudarnos a mejorar sensiblemente los síntomas de la Enfermedad de Parkinson así como terapias adicionales.Estas terapias adicionales completan la acción del tratamiento médico y gracias a ellas los síntomas son más llevaderos y la calidad de vida del enfermo mejora bastante. Un tratamiento multidisciplinar a cargo de profesionales es fundamental para el bienestar del paciente.

¿Cómo mantener el equilibrio correcto de la medicación?
El tratamiento comienza generalmente con dosis bajas de medicación y luego la dosis se aumenta lentamente a lo largo del tiempo hasta el control de los síntomas.

El especialista puede recomendar un tratamiento de acuerdo con sus síntomas específicos. No todos los pacientes recibirán la misma medicación ni la misma dosis. En fases muy iniciales de la enfermedad, tal vez no se necesite medicación. Puede que sea necesario ajustar la dosis y la frecuencia de la medicación a medida que los síntomas cambien (o se produzcan efectos secundarios). Con frecuencia se necesita una combinación de diferentes medicamentos para conseguir el mejor control de sus síntomas.

¿Qué cambios de estilo de vida ayudarán a controlar mejor la EP?
Gestionar la medicación es una parte tante para controlar los síntomas de la enfermedad de Parkinson. También conviene mantener un estilo de vida saludable, comer bien y conservarse activo.

Dieta y Enfermedad de Parkinson
Una buena nutrición es una parte tante para mantenerse sano, activo, y conservar un buen nivel de energía. Un plan de comidas puede ayudar a seguir una dieta bien equilibrada de frutas y verduras, algunos alentos ricos en proteínas, productos lácteos y cereales. También se recomienda beber muchos líquidos.

La pirámide guía de alentos del Ministerio de Agricultura de EE.UU. está refrendada la American Dietetic Association. Se recomienda que las elecciones dietéticas de una persona procedan desde las filas inferiores de la pirámide, con menos ciones y más pequeñas de las categorías de alentos de las filas superiores.

Las vitaminas y minerales son una parte tante de cualquier dieta saludable; las mejores fuentes son las frutas y verduras, zumos de fruta, frutos secos, huevos y algunos cereales. Además de una dieta equilibrada, los suplementos multivitamínicos y de minerales pueden ser útiles.

La enfermedad puede modificar el modo como el organismo metaboliza los alentos. Los pacientes con enfermedad de Parkinson pueden tener problemas con la absorción de los nutrientes que necesitan tomar de los alentos.

Dieta y medicamentos para la EP

La dieta también puede modificar el modo de actuación de los medicamentos para la EP. Esto es especialmente cierto para los tratamientos con levodopa. Aunque la levodopa puede absorberse mejor y más rápido con el estómago vacío, se debe tomar junto con alentos si produce molestias de estómago.

La mayoría de los pacientes pueden tomar levodopa sin sentir náuseas. La toman antes de las comidas. Para algunos pacientes, esto puede ser una o dos horas antes de comer. Para otros es mejor tomar la medicación 30 minutos antes de comer.

Las proteínas de los alentos pueden retrasar la llegada de la levodopa al cerebro, ya que las proteínas se degradan en moléculas más pequeñas llamadas aminoácidos, y éstos pueden competir con la levodopa (que también es un aminoácido) el transte desde el intestino a la circulación, y desde la circulación al cerebro.

Algunos pacientes evitan los alentos ricos en proteínas durante el día y los ingieren la noche. Esto les ayuda a mantener mejor movilidad durante el día. Las cas rojas, las aves, el pescado, la leche, el queso y los huevos son ejemplos de alentos ricos en proteínas.

Es útil combinar pequeñas cantidades de proteínas junto con un alto nivel de carbohidratos ( ej., fruta, pan, cereales, pasta y otros granos) a lo largo del día. También puede ser conveniente reducir los alentos grasos.

Ejercicio y EP

Un buen programa de ejercicios puede ayudar al organismo a enfrentarse mejor con la enfermedad de Parkinson. El ejercicio regular puede mantener la flexibilidad, propiciar una buena postura, conservar los músculos fuertes y las articulaciones ágiles. Puede mejorar la circulación al corazón y los pulmones. El ejercicio también puede procionar una sensación de éxito y control sobre la enfermedad. Algunos pacientes encuentran que los ejercicios en grupo son útiles. Hacer ejercicio en grupo puede ser una buena otunidad para establecer relaciones sociales.
Depresión

La depresión está presente en el 40% aproxadamente de los pacientes con EP. Generalmente es una parte integral o intrínseca de la enfermedad de Parkinson, sin relación con el grado o la duración de los síntomas físicos. Los síntomas de depresión pueden incluir no poder dormir, problemas de concentración, pérdida/aumento de peso, ansiedad o irritabilidad y crisis de angustia.

Un psicólogo o psiquiatra procionará asesoramiento individual o familiar sobre maneras de adaptación a los cambios que la enfermedad produce en su vida. Pasos sples como cambiar su medicación pueden ser de ayuda. Algunas clases de antidepresivos se pueden tomar junto con los tratamientos para la EP para ayudar a aliviar los síntomas depresivos.

Mantener una actitud positiva

Aunque un diagnóstico de EP representa un cambio de vida, el hecho de disponer de medicamentos para tratar eficazmente los síntomas (y que la enfermedad progrese lentamente) constituye una esperanza. A pesar de todo, es natural preocuparse el futuro. Los sentientos de tristeza, descorazonamiento, irritabilidad y frustración son normales.

Hablar con otros de la enfermedad de Parkinson

Una de las cosas más difíciles del hecho de padecer esta enfermedad puede ser decírselo a los demás. Las respuestas negativas, como la mirada fija de extraños que no conocen su enfermedad, pueden ser especialmente duras.

El paciente ha de decidir si desea decirles a sus conocidos que padece la enfermedad. Sin embargo, puede ser conveniente compartir lo que sucede con algunas personas.
Es recomendable hablar abiertamente con la familia sobre los cambios que la enfermedad provoca en sus vidas. Un profesional puede procionar asesoramiento sobre el modo de adaptarse a estos cambios

Terapias complementarias

Las terapias complementarias pueden ayudar física y emocionalmente con la EP. La fisioterapia, la logopedia, el yoga, el tai chi, la musicoterapia y la acupuntura, como complemento a los fármacos, ayuda al paciente a mejorar su calidad de vida.

Fisioterapia

En las sesiones con profesionales el paciente también aprende estrategias para enfrentarse a las dificultades con las que se encuentra para desarrollar su vida diaria así como recupera movilidad y fuerza en los músculos debilitados.

  1. Se pretende potenciar la actividad muscular y el buen funcionamiento de todas las articulaciones para prevenir a largo plazo dolores y deformidades.
  2. Aumentar el volumen respiratorio permitiendo una mejor adaptación al esfuerzo físico. Reeducar la postura para prevenir o mejorar dolores relacionados con ella.
  3. Prevenir trastornos circulatorios ocasionados la falta de movilidad. 
  4. Mejorar la movilidad, coordinación, equilibrio, marcha y reacciones de enderezamiento. 
  5. Mantener y/o restablecer la autonomía del paciente.

Logopedia

Los músculos de la cara del paciente se ven afectados la enfermedad, eso no puede vocalizar bien, hablan con un volumen de voz bajo, apagado y ronco. Con la logoterapia aprenden técnicas para que los demás comprendan su discurso.

Estos ejercicios se centran en:
1. Relajar la musculatura que interviene en la fonación.
2. Mantener el equilibrio correctamente.
3. Controlar la respiración.
4. Controlar la tensión y el moviento de las cuerdas vocales.
5. Controlar y movilizar el velo del paladar para evitar
una voz muy nasal.
6. Trabajar los músculos que intervienen
en la fonación.
7. Prestar atención a las características
melódicas del habla.
8. Prestar atención a la acentuación.

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