Los fallos de mercado hacen que la incoración de este Sistema a los coches sea muy lenta, debido a su alto coste y a los problemas de disponibilidad.
La Comisión Europea apoya esta campaña, ya que están seguros que su plantación ayudaría a la reducción del número de heridos y fallecidos en accidentes de tráfico. Por ello, miembros de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), quieren pedir a los gobiernos nacionales que ofrezcan incentivos fiscales para que compren vehículos con este Sistema.
También piden a los fabricantes que hagan un esfuerzo para hacer que el ESC esté disponible para cualquier cliente en cualquier país de la Unión Europea, como la decisión de Toyota de introducir el sistema en toda su gama de automóviles a partir de este mes.










