Nos vamos de viaje y pareciera que estamos en el paraíso, aunque también existe el riesgo de ser vícta de un accidente y de una enfermedad. Es en esos momentos cuando una Póliza que cubra los gastos de repatriación resulta crucial para que las vacaciones no se transformen en un infierno y, enca, tengamos que desembolsar hasta 10.000 euros.
Según informa Europea de Seguros, los viajeros deben cerciorarse de que las Pólizas que eligen para sus desplazamientos el mundo cubren correctamente y de forma profesional la repatriación en caso de enfermedad o accidente. Y es que estas operaciones son más frecuentes de lo que parece y una ejecución adecuada es fundamental para el pronóstico y posterior recuperación del paciente. La tancia es tal que puede llegar a salvar la vida del afectado.
La asistencia inmediata en un centro hospitalario adecuado es la prera medida. Pero después, una vez que se ha estabilizado al paciente, es necesario realizar en muchos casos su repatriación. Un traslado necesario para la comodidad del paciente y su familia, así como la efectividad del propio tratamiento.
El procediento debe contar con todas las garantías. Una insuficiencia respiratoria o una fractura vertebral atan una idea de su tancia, según explica el responsable del equipo médico de Europea de Seguros, Héctor González. El trasladado de un paciente con el prer cuadro, ejemplo, debe de realizarse con oxígeno en todo momento, tanto en las ambulancias como en los aviones. En cuanto a un paciente con una fractura vertebral, éste debe de permanecer perfectamente inmovilizado, lo que se precisa un colchón de vacío para trasladarle desde la cama del hospital a la camilla donde irá en la ambulancia y el avión.
Europea de Seguros dispone de un área especial para estas operaciones, la denominada URME, Unidad de Repatriaciones Médicas de Europea, integrada veinte médicos y 30 Diplomados Universitarios en Enfermería (DUE), que anteriormente conocíamos como ATS. Las repatriaciones más complejas son las que se realizan a bordo de un avión sanitario o en camilla en un avión normal, que representan aproxadamente el 40% del total. Son traslados que requieren la presencia de un acompañante sanitario in situ.
En las repatriaciones en camilla, ejemplo, deben cumplirse las normas de cada compañía aérea. Se exige el bloqueo de un míno de entre cuatro a siete plazas y algunas compañías sólo las aceptan cuando el avión tiene disponibilidad del 25 ciento de asientos libres. Además, sólo las líneas regulares las permiten. Una logística que hay que preparar detalle. Son operaciones, tanto, complejas que cuyo coste puede superar los 10.000 euros.
Las necesidades en caso de accidente o de enfermedad durante estancias en el extranjero pueden ser múltiples, lo que además de la cobertura es necesario conocer si la compañía que nos asegura cuenta con la infraestructura necesaria y con los servicios médicos que nos puedan procionar una atención adecuada.
