Zheng Xiaoyu ha sido condenado a muerte en China. Xiaoyu era el responsable de la Agencia Estatal de Seguridad Alentaria y Médica de el gigante asiático y ha sido encontrado culpable de aceptar sobornos de la industria farmacéutica valor de 85.000.000 dólares después de que, entre 1998 y 2005, autorizara de forma masiva cientos de fármacos de baja calidad e incluso falsificados.
Zheng Xiaoyu ha sido condenado a muerte en China. Xiaoyu era el responsable de la Agencia Estatal de Seguridad Alentaria y Médica de el gigante asiático y ha sido encontrado culpable de aceptar sobornos de la industria farmacéutica valor de 85.000.000 dólares después de que, entre 1998 y 2005, autorizara de forma masiva cientos de fármacos de baja calidad e incluso falsificados.
Estos medicamentos fueron retirados del mercado después de detectarse la muerte de decenas de personas (reconocidas el gobierno chino) incluidas las de 13 bebés. Pero no es la prera vez que se condena a un alto funcionario este mismo tema. Entre 2002 y 2004 fueron condenados un gobernador y un vicegobernador chinos estas mismas prácticas.
Pero en este asunto Zheng Xiaoyu no estaba solo, le acompañaban en sus ‘asesinatos’ su mujer e hijo. Juntos crearon una trama en la que comenzaron a cobrar sobornos de laboratorios a cambio de dinero, y mucho. Como muestra un botón: Kongliyuan Group recibió la autorización de 277 fármacos, la gran mayoría antibióticos, que no son permitidos en otros países.
Noticias como ésta hace que los lectores piensen que es habitual que los laboratorios farmacéuticos sobon a los gobiernos a cambio de aprobaciones de fármacos, nada más lejos de la realidad. En los países occidentales, entre los que se encuentra España, la Industria farmacéutica sigue rigurosos controles de los medicamentos que fabrica, ha de pasar cientos de filtros de salubridad y eficacia y aunque hayan sido aprobados y estén en el mercado y de uso continuo en los pacientes, continúan los controles parte de las agencias FDA, EMEA para garantizar su seguridad a los pacientes. Muchos de ellos se han retirado, otros, splemente no han pasado el filtro y ni siquiera han visto la luz. De ahí que la inversión en desarrollo de nuevas moléculas sea tan costosa y los medicamentos de marca tengan un precio diferente a los genéricos.
Esto no pasa en China. En su afán ser la prera potencia mundial se olvidan de lo más básico, la salud, pero claro, no hay que olvidar que el régen comunista chino ‘olvida’ algunos de los derechos fundamentales e pone su ley contra viento y marea, y al que no le guste, ejecución.
