En la Tierra a jueves, diciembre 18, 2025

Las fumadoras jóvenes, con arrugas prematuras por el tabaco

Las mujeres fumadoras que aún no se han decidido a dejar este hábito perjudicial para la Salud tienen otro motivo más el que preocuparse. Y es que, además de los muchos efectos nocivos para el organismo que provoca esta adicción que ya conocíamos, como los problemas respiratorios o bucodentales (provocados el mal aliento o el deterioro del esmalte dental), hay que sumar los perjuicios que el tabaco ocasiona en nuestro aspecto físico, ya que es uno de los principales agresores externos de nuestra piel.

Las mujeres fumadoras que aún no se han decidido a dejar este hábito perjudicial para la Salud tienen otro motivo más el que preocuparse. Y es que, además de los muchos efectos nocivos para el organismo que provoca esta adicción que ya conocíamos, como los problemas respiratorios o bucodentales (provocados el mal aliento o el deterioro del esmalte dental), hay que sumar los perjuicios que el tabaco ocasiona en nuestro aspecto físico, ya que es uno de los principales agresores externos de nuestra piel.

 

El tabaco provoca en la piel algunos efectos adversos: arrugas prematuras, cabello reseco y quebradizo, piel seca y atrófica, olor coral a tabaco o cáncer de labio. Asismo, también propicia que se agraven los melanomas.

 

Si a esto le añados que el consumo de tabaco supone un gasto económico tante y que este hábito no sólo perjudica al fumador, sino a las personas de su entorno, las personas fumadoras, y en especial las mujeres, tienen otro motivo más para abandonar el tabaco.

 

La razón es que tanto el acto de fumar como los componentes del tabaco, entre ellos la nicotina, favorecen la formación de arrugas en todo el rostro. Las preras en aparecer son las de los labios y los ojos (patas de gallo), debido a la acción repetida de fruncir la boca y entrecerrar los ojos mientras se inhala el humo del cigarrillo. ‘Éstas pueden surgir de forma prematura en personas de entre 25 y 30 años que llevan una media de 10 años fumando’, comenta el Dr. José Luis Vila Moriente, vicepresidente de la Sociedad Gallega de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SGCPRE).

 

El doctor ha explicado que ‘al fumar se contraen los vasos sanguíneos, con lo que se reducen los flujos de sangre y oxígeno a la piel, esenciales para mantener una epidermis sana. Esto provoca la aparición de arrugas que dan a los fumadores, especialmente las mujeres, un aspecto mucho más avejentado que el de otras personas que no fuman’.

 

Según el Doctor Vila, las personas que llevan más de 10 años fumando son fácilmente reconocibles dermatólogos y cirujanos plásticos y estéticos. ‘Tienen lo que denominamos ‘cara del fumador’, con más arrugas, más marcadas, una piel más grisácea, menos luminosa y más atrofiada’.


Otras de las consecuencias derivadas de este hábito son los problemas de cicatrización de los fumadores. En cirugías que requieren anestesias generales y en consecuencia la intubación del paciente, pueden aparecer problemas derivados de las secreciones características de los fumadores. Del mismo modo, para anestesias locales, siempre se recomienda dejar de fumar, aunque sea de forma transitoria, para ayudar al cuerpo a cicatrizar.

 

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