Se ha clausurado la II Escuela de Verano de Lilly en el que se ha tratado en profundidad la Evaluación Económica de las Intervenciones Sanitarias y ha contado con la presencia de más de 30 alumnos de las áreas de la Administración de las diferentes Comunidades Autónomas y de varios expertos. Estos últos han atado sus conocientos en Farmacoeconomía para explicar cómo se puede contribuir a una mayor eficiencia en la utilización de los recursos sanitarios.
Se ha clausurado la II Escuela de Verano de Lilly en el que se ha tratado en profundidad la Evaluación Económica de las Intervenciones Sanitarias y ha contado con la presencia de más de 30 alumnos de las áreas de la Administración de las diferentes Comunidades Autónomas y de varios expertos.
Estos últos han atado sus conocientos en Farmacoeconomía para explicar cómo estos instrumentos pueden contribuir a una mayor eficiencia en la utilización de los recursos sanitarios. Se ha explicado a los alumnos las ventajas de la Farmacoeconomía con los ejemplos prácticos que han puesto en marcha diferentes instituciones.
Este evento de formación ha servido también para adelantar el futuro de la Evaluación Económica de las Intervenciones Sanitarias y se ha coincidido en señalar que ya se están incorando nuevos elementos estadísticos e informáticos, que favorecerán el aumento del potencial técnico de la evaluación económica de las intervenciones sanitarias.
Joan Rovira, de la Universitat de Barcelona y especialista en Economía de la Salud, Mercado e Industria Farmacéutica, explicó que la evaluación económica ‘resulta innovadora como mecanismo para establecer el precio e informar las decisiones de financiación de nuevas tecnologías sanitarias’ y también dijo que esta nueva materia es innovadora en comparación con sistemas anteriores, como ‘el de establecer el precio en función de un escandalo de costes’.
Por su parte, José Ignacio Camino, jefe de prestaciones farmacéuticas de la Dirección General de Farmacia del departamento de Sanidad del País Vasco, explicó a los alumnos cómo se planta un proyecto para crear una unidad que introduzca aspectos farmacoeconómicos en la gestión sanitaria. ‘Lo hacemos mediante dos procedientos: la evaluación costeefectividad y el análisis de pacto presupuestario’, explicó Camino. ‘Para realizar estos dos pasos aplicamos el propio análisis de los datos y también la evaluación de todo lo que se haya publicado sobre farmacoeconomía, logrando profundizar en el conociento de aspectos farmacoeconómicos para después recomendar a la hora de tomar decisiones desde la Administración sanitaria’.
La presencia de investigadores que han desempeñado su trabajo en otros países ha sido otro elemento de diferenciación en la Escuela de Verano. Yolanda Bravo desarrolla su labor científica en UBC Health Care Analytics y fue la responsable de exponer el caso práctico del NICE (Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica, Reino Unido). Para Bravo, es crucial la defensa de la Farmacoeconomía, que debe contar ‘con la participación de todas las partes con intereses en el proceso, sin convertir estas técnicas en una mera barrera burocrática a la innovación farmacéutica y un gasto inútil para la Administración.’
La Escuela de Verano ha contado también con la participación de Fernando Antoñanzas, Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de La Rioja, José Luis Pinto, profesor de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y Erik Cobo, profesor de Estadística e Investigación Operativa de la Universidad Politécnica de Cataluña.










