La plantilla de RTVE sigue a la deriva. En plena aplicación del ERE y como ya os hemos venido contando en numerosas ocasiones, el desáno reina entre la redacción y son decenas los correos que todos los días llegan hasta nuestros ordenadores, denunciando sectarismo y discrinación. Las últas denuncias llegan desde diferentes puntos de España donde los nuevos jefes pertenecen a la cuerda de Luis Fernández y compañía, desaprovechando el material humano, quizás el mejor valor agregado del Ente en estos momentos.
El ERE es voluntario, pero sólo para quiénes cumplan una serie de requisitos, entre ellos tener más de 52 años o llevar 24 en el grupo. Curiosamente, el número de los que cumplen esos requisitos y el de trabajadores sobrantes coinciden. En el hipotético caso de que no hubiera habido ‘voluntarios’ se habría aplicado el rodillo. Lo que han hecho los trabajadores que se han acogido al ERE aprobado en referéndum como mal menor es abrir la puerta voluntariamente e irse antes de atravesarla con un agradable, ‘hasta nunca’.
El problema se cie sobre quienes siguen dentro del Ente y que ya han cumplido los cuarenta, tanto no tienen otra posibilidad de aceptar las condiciones ya pactadas. No se pueden ir que deben esperar la prejubilación y acogerse a las condiciones más favorables, sin embargo, dentro del ente, los nuevos jefes no se lo ponen fácil y día a día presionan para que muchos tiren la toalla y se empiece de cero con gente de confianza y ‘amigos’ de la casa.
Esto sin contar, que cada día aumenta el sectarismo. Si no, no se explica que, ejemplo, para dirigir determinados centros territoriales en diferentes partes de España elegido a personas de ‘confianza’ de determinados gobiernos autonómicos, o cercanos al equipo de Luis Fernández, muchos de ellos sin la experiencia ni la calificación necesaria para el cargo. Cosas del Ente que desde luego generan un sentiento diario de potencia y frustración en buena parte de la plantilla.
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