Entrevista a José María Aznar publicada en la revista Golf Internacional

Parece que José María Aznar ha cambiado la raqueta de pádel el palo de golf, afición a la que se enganchó en su últa etapa en La Moncloa. A pesar de que afirma en una entrevista concedida a la revista Golf Internacional que ‘lo inventó una mala persona’, dice de él que es ‘tremendamente gratificante’. No ha querido entrar en el terreno de la política, aunque sí ha reservado unas líneas para hablar del Agua y de su relación con los campos de golf, dete que, según el ex presidente del Gobierno, ‘es una fuente de riqueza, de puestos de trabajo y que ofrece grandes posibilidades de creciento económico para muchas zonas’.

José María Aznar concede una entrevista a Golf Internacional, revista líder del mercado de las revistas de golf según la OJD. Como no podía ser de otra manera, en ella habla de su afición a este dete, cada vez menos elitista y más democrático. Según Golf Internacional, las licencias federativas crecieron en los preros meses del año a un ritmo de 700 diarias, y ya sobrepasa las 300.000. ‘Cada día hay más gente que viaja, más gente en los gnasios, más gente que hace dete y, supuesto, que juega al golf’, ha manifestado Aznar en la entrevista.

En política no ha querido mojarse, pero sí ha reservado unas palabras para la eterna polémica que despierta la relación amorodio entre Agua y campos de golf. Según el ex presidente, la afirmación de que el golf derrocha agua no deja de ser un tópico que ese ‘gasto’ se traduce en ‘una fuente de riqueza, de puestos de trabajo y que ofrece grandes posibilidades de creciento económico para muchas zonas’. Conocedor de los Estados Unidos, dice que así se ha entendido este boom detivo en el país ‘Yanky’. Pone como ejemplo zonas como California, Florida o Arizona, de gran extensión desértica y que se han beneficiado del ‘trasvase del Rio Colorado’; ‘se han construido decenas de hoteles, se han generado puestos de trabajo y se ha ofrecido una otunidad a un millón de emigrantes mejicanos, que es un país que sabe compartir’.

Aunque sin duda alguna lo que más destaca quién fue inquilino de La Moncloa entre 1996 y 2004 es que el golf no tiene color polítco, al menos así lo quiere resaltar la revista en cuestión. Es dete y, como tal, no es ni de derechas ni de izquierdas, y politizarlo ‘es de necios: aquél que lo haga se equivoca’, afirma.

Así, en definitiva, ‘el dete es bueníso y cambia a las personas. Cuando yo no hacía dete me encontraba mucho peor que ahora. Haciendo dete la mañana se empieza el día de manera distinta, que tomas mucho oxígeno y la cabeza te lo agradece’. Amén.

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