Los candidatos para suceder a Sancas al frente del Partido Socialista de Madrid han mantenido en su campaña interna una lucha el poder que manifiesta una división en el seno del partido.
Los candidatos para suceder a Sancas al frente del Partido Socialista de Madrid han mantenido en su campaña interna una lucha el poder que manifiesta una división en el seno del partido.
Esta actitud no favorece a ninguno ya que el que llegue a ocupar el puesto de Secretario General en Madrid luego tendrá que enfrentarse al electorado que ha visto cómo los candidatos se enfrentaban unos a otros como si se tratase de una rivalidad entre partidos. José Cepeda acusaba ayer a Tomás Gómez de creer que le bastaba con sus ‘apoyos ilustres’ no haber mandado cartas a los militantes, su parte Gómez criticaba los proyectos de Cepeda y Manuel García. Estos dos se han mostrado como reformistas, apuntando a la necesidad de cambiar el PSM.
En lo que todos están de acuerdo es que el resultado desastroso de las pasadas elecciones tiene que servir para hacer un balance de la situación del partido que sirva para mejorar en sus actuaciones y darle la vuelta a esos resultados en las próxas. Cepeda y Manuel García creen que para esto es necesario contar con los militantes de base. Algo que han repetido a lo largo de sus campañas.
Manuel García ha sido el gran olvidado, la lucha el poder es entre tres pero los otros candidatos parecen tener más apoyos y han abierto un frente entre ambos. García en su final de campaña en Villaverde se rodeó de jóvenes apostando el futuro, muchos de los cuales votarán en el Congreso extraordinario. En una entrevista concedida a El País habló de sus apoyos, que no son agrupaciones ni familias como en el caso de los otros candidatos, sino militantes anónos y añadió que si sale elegido secretario no se presentará como candidato ni a la Comunidad ni al Ayuntamiento, haciendo alusión a Rafael Sancas.










