Se esta que alrededor de un millón de personas en nuestro país sufren algún tipo de Trastorno Bipolar. Fases de depresión y de manía, estados de áno cambiantes entre dos polos opuestos que en España tiene una prevalencia en torno al uno y el dos ciento. Se esta que alrededor de un millón de personas en nuestro país sufren algún tipo de Trastorno Bipolar. Fases de depresión y de manía, estados de áno cambiantes entre dos polos opuestos que en España tiene una prevalencia en torno al uno y el dos ciento. PRPacientes han entrevistado a los doctores Joan Moliner y Josep Ribes, de Según los datos obtenidos a través de una encuesta realizada AstraZéneca a Asociaciones de Trastorno Bipolar en distintas comunidades españolas, las personas afectadas esta enfermedad y sus familias consideran necesario un mayor conociento de ésta, así como una mayor concienciación social sobre la misma. Pacientes, familiares y miembros de las Juntas directivas de estas asociaciones afirman en un 62.5% que hay discrinación laboral y social; en un 70% que uno de los mayores problemas a los que se enfrenta un enfermo es el propio desconociento de sus síntomas, además de otros como la soledad, la incapacidad y la frustración. Psiquiatra de Sería bueno empezar una definición de Trastorno Bipolar. No una definición académica, sino para la gente de a pie: para ese más del 60% de la sociedad que desconoce
El Trastorno Bipolar es una enfermedad crónica y recurrente que afecta a los mecanismos que regulan el estado de áno. El estado de áno o ‘humor’ se puede traducir ‘vitalidad’. Mantener la vitalidad adecuada para vivir cada día no ocurre ‘sin más’, no es producto de la ‘voluntad’, ni del ‘espíritu’, sino que es un producto del cerebro.
Hay partes del cerebro que se encargan de mantener y regular el estado de áno entre unos límites de normalidad. Eso supone la ‘energía’, seguridad, autoesta, confianza, capacidad de disfrutar, optismo y esperanza suficientes para vivir cada día, que son las condiciones que definen un estado de áno adecuado.
Cuando fallan los mecanismos encargados de mantener en el nivel adecuado la vitalidad, aparecen las Enfermedades del Estado de Áno, entre las que se encuentra el Trastorno Bipolar.
Todas las personas tenemos a diario altibajos anímicos propios de las situaciones cotidianas, sin embargo, en
El Trastorno Bipolar es una enfermedad crónica en la que la persona experenta a lo largo de su vida periodos de excesiva vitalidad –episodios maníacos– y otros de muy poca vitalidad –episodios depresivos– que se alternan con periodos de normalidad.
El Estudio menciona que la media de tiempo en diagnosticar
A varios factores. El más tante es que lo que diferencia el Trastorno Bipolar de otras enfermedades son los periodos en que el paciente tiene una vitalidad excesiva –episodios maníacos–, en los que el paciente está más contento de lo normal, con una alegría o irritabilidad exageradas, más hablador, más gastador, más sociable, inadecuado, sin necesidad de dormir… En estos estados el paciente no se siente enfermo, y el contrario, piensa que ‘está mejor que nunca’.
A menudo, sin embargo, el prer episodio de enfermedad es un episodio depresivo. Hasta que no aparece un episodio maníaco o hipomaníaco –estado de exaltación del humor de poca intensidad–, la enfermedad no puede diagnosticarse. Si esos episodios de ‘vitalidad excesiva’ no son identificados el paciente, la familia o el médico, el diagnóstico no se realiza adecuadamente. Si esos episodios son breves y no muy intensos, pueden pasar desapercibidos o considerarse ‘periodos felices’ no anormales, y no se relatan en la historia clínica.
Por otra parte, algunos cuadros psiquiátricos graves pueden presentarse en sus preros episodios de forma ‘atípica’ y no reconocerse como episodios de un Trastorno Bipolar.
Si un médico tarda 10 años, ¿cómo se puede corregir este desconociento de la sociedad en general?
Tal como estamos realizando desde nuestros comienzos en
Intuitivamente sabemos que el apoyo familiar y social es fundamental en situaciones de enfermedad. Pero además, se ha demostrado la peor evolución de muchas enfermedades si no existe este apoyo o es precario. El Trastorno Bipolar es un ejemplo. Los pacientes que sufren esta enfermedad sin apoyo social evolucionan peor. En el Trastorno Bipolar los más allegados al paciente pueden alertarlo de cambios en su conducta en los episodios maníacos, que el propio paciente no advierte, y anticipándose, ajustando el tratamiento, evitar la progresión y agravamiento del episodio.
¿Hablamos de una enfermedad con la que se tiene que aprender a vivir?
Sí. La condición crónica de esta enfermedad supone no que uno va a estar mal siempre, sino que la posibilidad de recaída se mantiene toda
¿Cómo es el tratamiento de un Paciente? Imagino que será necesario un equipo multidisciplinar… ¿quién lo forma?
El tratamiento básico es farmacológico. Lo dirige un psiquiatra. Aparte de las características personales de cada profesional, la formación técnica de cualquier psiquiatra formado en nuestro país, tanto en el medio público como privado, le permiten tratar a un enfermo con Trastorno Bipolar. Una parte prescindible del tratamiento es la psicoeducativa, que permite al paciente conocer su enfermedad y afianzar su adherencia al tratamiento. Esta tarea la realizan habitualmente psiquiatras (el propio del paciente), psicólogos y se puede procionar en la consulta y en programas específicos desarrollados Centros de Salud Mental, Unidades Específicas de Trastorno Bipolar o Asociaciones de pacientes y familiares, como la nuestra (A.V.T.B.).
¿Cuál es el papel de las Asociaciones de Pacientes y Familiares?
El papel de las Asociaciones es procionar apoyo emocional e informativo a los pacientes y sus familias. Procionan el medio de conocer a otros afectados, es decir, pacientes y familiares, ser conscientes de la silitudes y diferencias de los problemas que plantea
¿Cómo es el día a día de un Paciente? ¿Y de sus familiares y más allegados?
El día a día de un paciente con Trastorno Bipolar, con la enfermedad controlada el tratamiento, es como el de cualquiera: Tiene su familia, su trabajo, sus amigos, sus aficiones… Con la rutina peculiar de tomar su medicación diariamente, como cualquier diabético, hipertenso o epiléptico.
A esto es lo que nosotros hemos dado en llamar
Si el enfermo está en un episodio depresivo, dependiendo de la gravedad del mismo, la tristeza, la apatía, la incapacidad de disfrutar teñirán las actividades cotidianas que pueda realizar. Si está en un episodio maníaco, la afectación de su vida cotidiana dependerá de la intensidad de los síntomas. Si es grave, no dormirá, estará muy locuaz, muy sociable, incluso inadecuado en la cercanía a otras personas, estará hiperactivo, iniciando muchas actividades sin concluirlas, estará muy gastador, muy generoso, muy irritable si se le contraría. Como se siente tan bien, es posible que al inicio del cuadro haya abandonado el tratamiento y rechace tomarlo, o cualquier otra intervención. Si el cuadro es suficientemente grave, puede requerir un ingreso. Generalizando, se puede decir que el paciente lo pasa peor cuando está deprido, y la familia lo pasa peor cuando está maníaco, que el paciente no acepta encontrarse mal, rechaza el tratamiento y tiene conductas de riesgo.
En resumen, la frecuencia de los episodios agudos de depresión o manía, la intensidad de estos episodios y si persisten, o no, síntomas entre los mismos, van a condicionar la calidad de vida del paciente y de su familia.










