Las catástrofes naturales son uno de los principales riesgos que enfrenta el sector asegurador a nivel global y uno de los últos fenómenos ha sido el terremoto de Perú, con consecuencias devastadoras. Tras atender las necesidades de los supervivientes y enterrar a los fallecidos, llega el proceso de evaluación de daños materiales. Los cálculos prelinares sitúan en 40 millones de dólares el coste del seísmo para las aseguradoras, pero ya surgen algunas interrogantes sobre si el Estado tenía cubiertas las infraestructuras dañadas.
Según el presidente de Mapfre Perú, Renzo Calda, un cálculo muy prelinar de los costes del terremoto para la industria aseguradora ascendería a unos 40 millones de dólares, es decir, 27,62 millones de euros. Los principales sectores afectados serían, a su juicio, la cartera hipotecaria y los pequeños y medianos comercios asegurados. Pero otros representantes del sector se plantean las interrogantes sobre si el Estado peruano contaba con pólizas de seguros que protegieran efectivamente las infraestructuras como carreteras, puentes, túneles o escuelas públicas de este tipo de siniestros.
Así lo plantea en una columna el empresario del sector Gabriel Bustamante, propietario de Seguros Bustamante, que ha pedido
En concreto, Bustamante ha recordado que el artículo 30008 de las Normas de Control Interno para el área de Abasteciento y Activos Fijos establece que el Gobierno debe valorar los activos fijos a los efectos de contratar pólizas de seguros que garanticen su cobertura ante diferentes riesgos que pudieran ocurrir. Estas deben ser verificadas periódicamente, a fin de que las coberturas mantengan vigencia. Si el Estado contase con este tipo de coberturas, la recuperación del país podría ser mucho más rápida.
Por otro lado, el ejecutivo de Mapfre ha indicado que los riesgos de la zona ‘son muy puntuales’, debido a que no se trataría de una zona con fuerte presencia industrial y las empresas locales, en principio, no habría suspendido la producción. Las cuentas de la aseguradora española tampoco se verían afectadas, ya que si bien el siniestro le costará entre 4 y 5 millones de dólares, el riesgo catastrófico está reasegurado en su totalidad, mientras que el riesgo que retiene la compañía está provisionado al 100%, según Caldas.
La tragedia humana es, sin duda, la más relevante e pactante. El número de víctas se ha situado, según las últas estadísticas, en 503 muertos y 1.042 heridos, según el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) de Perú. La llegada de la ayuda es lo más urgente en este momento, pero una vez que se recobre en cierta medida la normalidad, será crucial la evaluación de daños materiales y saber si hubo parte de las autoridades la suficiente previsión y si se ha cumplido con las leyes que minicen los efectos de este tipo de fenómenos naturales, muy comunes en Perú y en el resto de los países andinos.
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