Ha participado activamente en los casting de Supermodelo 2007. La directora de Elite Model Look España, Fiona Ferrer Leoni, denuncia que lo normal en estos procesos de selección es que a las chicas ni siquiera les pregunten el nombre y considera que el programa es un gran trampolín. Pero hay que trabajar duro, que después a nadie le ta que haya salido en la tele.
¿Qué efecto tiene la combinación de un casting de modelos con la televisión?
Un efecto positivo, que este programa transmite sobre todo que ser modelo no es fácil, no es sólo tener una cara bonita, sino que hay que luchar mucho para llegar a conseguir los objetivos. Ninguna modelo te va a contar que no la contrataban, pero eso pasa que es todo un proceso y, después de cuatro años, siempre hay algunas que despuntan y otras que no. En el programa enseñamos todo eso, todo el trabajo que hay detrás, los profesionales que trabajan con las niñas, los fotógrafos, estilistas, maquilladores. Es verdad que le ponemos un toque de humor, que es televisión.
¿Cuáles serían las diferencias con un casting real?
Se presentarían las niñas, ni siquiera les preguntaríamos cómo se llaman, y se bajarían de la pasarela. Sólo eso, después de estar seis esperando.
¿La televisión humaniza el proceso?
Yo lo he vivido. El año pasado, con Mayte (la tercera clasificada) estábamos en Barcelona y alguien la llamó para un casting. Como era su prer casting la acompañé. Recorros toda la ciudad. Llegamos al hotel y ni nos preguntaron cómo nos llamaban. A Mayte le hicieron probar una prenda y le dijeron ‘byebye’ y luego, para que veas cómo fue la cosa, me dijeron y ahora te la pruebas tú (risas).
Pues vaya piropo…
Yo encantada (ríe). Pero no me habían preguntado ni cómo me llamaba ni nada. Todo el mundo tiene su manera de hacer las cosas. Y yo te puedo jurar que aunque no haya televisión, soy mucho más humana. Pero un casting real es así. Es verdad que aquí hay gritos, pero dentro de todo está muy humanizado. En la televisión se ve sólo un poquito de todo lo que pasa. Nosotros estamos con las niñas, hablando todo el rato. Si quisiéramos ser crueles, ¿qué le diríamos a la niña que se presenta y que sabemos que no vale? ¿tú no sigues que eres fea? No. Intentamos decírselo de una manera sutil.
¿Qué pueden esperar las chicas de su participación del programa?
Es un trampolín y no todas llegarán. A lo mejor, a medida que se vayan elinando las propias niñas se dan cuenta de que no les gusta ser modelo y tal vez quieren ser actriz que les gusta la televisión. Eso es algo que pasa. La que gane lo va a tener mucho más fácil que las demás. La ganadora del año pasado, María José, es la nueva agen de Breil. Se ha ido conmigo y con Mayte a desfilar a Nueva York, en las Naciones Unidas. Ha estado con Mayte en Hamburgo un mes, en los desfiles de moda cálida de Cibeles, en el Fashion Week de Burgos, ha inaugurado tiendas.
O sea que abre puertas, pero no garantiza nada concreto económicamente…
Claro que abre puertas, es presionante. Pero económicamente para María José ha sido tante. Me encantaría ganar a mí lo que ha ganado ella en un año.
¿Qué efecto tiene la audiencia en la elección de la candidata?
Eso lo elegos entre todos y te puedo asegurar que si yo no estoy de acuerdo con la que va, haremos que vaya otra también. No pasa nada.
Entonces, el voto del público no tiene un peso relativo considerable…
El peso del público es muy tante. Pero si no coincide, hay mil maneras. Se puede llevar a otra niña a la final de Elite. Pero piensa qué es lo que valora el público. A ti te puede caer bien una niña u otra, pero hay que ver la que de verdad podría hacer un buen papel en la final internacional de Elite, que una vez que termina Supermodelo y llegan a la final de Elite, a nadie la ta un pito que haya participado en un programa de televisión. Y ella tiene que competir con ochenta más que son muy altas y guapas y saben mil idiomas. Entonces, tenemos que ser un poco fríos.
Durante los casting, ¿qué momento ha sido el de mayor tensión?
Una niña que yo tuve que bajar de la pasarela, creo que fue en Pamplona. Una chica que nos gritó con una prepotencia presionante. Hay mucha gente que piensa que es eso lo que estamos buscando y se equivocan. Conmigo es con la que más se equivocan, que yo la bajé de la pasarela en tres minutos. Ya lo he hecho tres veces, le estoy cogiendo el tranquillo (sonríe)
¿Qué aconsejas a las chicas que no se han lanzado a ir a los casting?
Que se presenten, que no pierden nada. A lo mejor ellas no son las más guapas del mundo, pero tienen algo. Es una experiencia muy divertida. A veces se pasa un poco mal, pero ayuda a que ellas piensen y reflexionen. Porque hay niñas que de verdad no valen para esto y hay que decírselo. Y no eso eres malo.
También influye la forma de decirlo, ¿no?
Sí. Por ejemplo, Daniel El Kum (miembro del jurado) tiene una forma de hablar que es su manera. Y nosotros intentamos ponerle a todo un poquito de cómico, que no hay que olvidar que es un programa de televisión. Pero es verdad que algunas, no es que no valgan, pero… hay cosas como muy obvias. Y en el caso de las chicas prepotentes, si piensan que gritándonos van a entrar en el programa, están muy equivocadas. Por eso estamos muy contentos con el casting, que es muy bueno. Son chicas muy spáticas y muy guapas. Y todas tienen un coco bastante tante.










