Una gran operación de g. Así se resume la fiesta que Francisco Hernando ‘El Pocero’ celebró el pasado vies con motivo de la inauguración del residencial que está construyendo a las afueras de Seseña y que tantos dolores de cabeza le ha traído. Un presionante despliegue de medios y seguridad a la medida del carácter de Paco, que en su discurso de agradeciento declaró que ‘esto es sólo un principio para lo que tengo pensado hacer’.
Una gran operación de g. Así se resume la fiesta que Francisco Hernando ‘El Pocero’ celebró el pasado vies con motivo de la inauguración del residencial que está construyendo a las afueras de Seseña y que tantos dolores de cabeza le ha traído. Un presionante despliegue de medios y seguridad a la medida del carácter de Paco, que en su discurso de agradeciento declaró que ‘esto es sólo un principio para lo que tengo pensado hacer’.
Sólo algunos detalles de la macrofiesta. Catering de José Luis para más de 6.000 personas (el más grande de la historia, aunque su calidad fuese discutible con croquetas, jamón y algún que otro queso). Guardias de Prosegur cada 10 metros. Y lo más pactante, llamadita al satélite Meteosat, que el módico precio de 700 euros aseguró que a entre 8:00 de la tarde y 12:00 de la noche no cayera ninguna gota de agua sobre la celebración.
¿Lo demás? disfrutar y recibir buenas noticias. Y es que Paco va a ser propuesto la Asociación de Vecinos como candidato a recibir la Medalla de Oro del Mérito al Trabajo y ser nombrado hijo predilecto de Seseña (¿esto lo sabe el alcalde?). Y Paco responde recordando que ‘lo fácil hubiera sido calificar el terreno como estaba y haberlo vendido’, y concluye dando gracias a Dios haberle dado fuerzas para continuar.
Y pasamos a la fiesta. Francisco y familia (y algún que otro alto cargo de la empresa) subidos en la plataforma reservada a la gente VIP, mientras el resto de los invitados se disputaban una croqueta o un trozo de jamón. Por supuesto, nada de bebidas alcohólicas, reservadas a la plataforma, si acaso una cervecita para los más afortunados.
Sin duda, lo mejor de la noche fueron los conciertos. Falete, derrochando arte como sólo él sabe, llenando el parque con su voz y su presencia, y Andy y Lucas (que, más políticamente correctos, pidieron aplausos para ‘ese Pocero’, ‘que mira que es buena gente’)desatando gritos entre las jovencitas. Eso sí, terminado el concierto de los gaditanos, a la una de la madrugada todo el mundo a casa.
Por supuesto, no se oyó en la fiesta (no hubiera hecho bonito) nada sobre llaves que no abren, humedades y demás ‘problemillas’ que no quedaban bien en el alegre y festivo ambiente. Y es que este constructor ya ha prometido otro megaproyecto: un millón de viviendas en las afueras de Madrid, como el mismo lo ha llamado, una ciudad dentro de otra gran ciudad.
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