No se asuste. De momento, no es una enfermedad recogida las enciclopedias médicas. Sin embargo, la revista Dream Cars Magazine ya recoge sus síntomas: la ‘enfermedad’ afecta a personas tienen el carné de conducir desde hace mucho tepo, que nunca han tenido accidentes ni infracciones, y que son multadas superar los límites de velocidad de forma inconsciente. Las consecuencias: se sienten perseguidos y abandonan la conducción. El director de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro, se lo toma con humor.
Y es que, según los testonios recogidos en el programa de Antena3 Espejo Público, en el que Navarro ha aparecido esta mañana, a los conductores les preocupa que la obsesión con la aguja de velocidad no superar el límite marcado, puede llevar a distraerse en otros aspectos de la conducción. Con las consecuencias todos conocidas.
Y el director de la DGT contesta con un tranquilo ‘A la carretera no hay que tenerle miedo, sino respeto’, y se toma con humor el hecho de haberle dado nombre a una enfermedad que, eso sí, según él no tiene razón de ser, ya que ‘los buenos conductores no tienen qué preocuparse’.
Pero Navarro ha hablado sobre más cosas: las discusiones al volante no se deben a la densidad del tráfico, sino que son un fiel reflejo de la sociedad estresante en la que vivos, ha venido a contestar a una de las preguntas de Susana Griso. La mejor solución, plementar el ‘modelo Manhattan’, en el que ‘todo el mundo va en transte público y si tiene prisa coge un taxi’.
Respecto a la pura y dura realidad de los datos de accidentalidad, el director de la DGT ha elogiado el alto nivel de debate existente en España, que envidiaría cualquier encargado de Tráfico de cualquier país europeo, aunque ha aprovechado para echarse flores: se ha llegado a este encomiable debate gracias a la iniciativa de la Dirección General de ofrecer semanalmente los datos para que la sociedad conozca la magnitud de lo que constituye la prera causa de muertes en España.
Finalmente, Navarro ha mostrado su satisfacción la aprobación en el Congreso de la reforma del Código Penal y ha explicado que las cifras de accidentalidad no se pueden comparar mediante datos absolutos (cada fin de semana con el mismo del año anterior) sino mediante medias, y ahí la situación ha mejorado: se ha pasado de 12 muertos al día a ocho fallecidos diarios, lo que supone un gran cambio.
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