TEGUCIGALPA (18/10/07) El presidente de Honduras, Manuel Zelaya, ha denunciado la existencia de oligopolios en los medios de comunicación que litan la libertad de expresión de los ciudadanos hondureños. Así lo ha expresado ante la 63 asamblea de la SIP. Sin embargo, el diario El Heraldo ha acusado su parte al Gobierno de Zelaya de querer ‘destruirlo' y ‘callarlo'.
La polémica está servida. Empezando la presunta existencia de grabaciones telefónicas del presidente de Honduras, hasta la denuncia parte del diario El Heraldo de las intenciones del Gobierno de Zelaya, que querría ‘destruirlo' y ‘callarlo', ya que supuestamente el presidente acusa a los dueños de los medios de ejercer presiones para lograr contratos para sus otros negocios privados.
Volviendo al tema de las grabaciones, el mandatario hondureño habría sido objeto de espionaje telefónico. Por su parte, Marcelo Chirri, gerente del ente estatal de telecomunicaciones, Hondutel, que los cuerpos de seguridad del Estado están tras la pista de las personas que lo hicieron, ya que según El Heraldo y La Prensa, habría unas 13 grabaciones circulando Intet.
A pesar de las acusaciones vertidas en contra del Gobierno de Zelaya, al que se le relaciona con presuntas presiones hacia los medios para favorecer su administración, el presidente de Honduras ha advertido en la SIP de la existencia de oligopolios en el país de preside.
Y es que según ha apuntado, estos oligopolios generalmente mantienen una estrecha vinculación con los poderes políticos y económicos tradicionales. Igualmente se mostró a favor de que exista un control civil para el ‘poder mediático, televisivo y de prensa'.
Por otro lado, hay que destacar las acusaciones realizadas el rotativo El Heraldo. El Gobierno habría denunciado que tanto el rotativo mencionado como La Prensa, habrían presionado al gobierno de entonces, es decir, cuando de realizó una compra de armas para la policía y el ejercito, realizada a través del propietario de ambos medios, Jorge Canahuati. Ante esto, El Heraldo afirma que el Gobierno de Zelaya quiere ‘destruirlo' y ‘callarlo'.
