SANTIAGO (12/11/07) No fue ni la cohesión social ni el histórico convenio multilateral de seguridad social suscrito los 22 Estados, que garantizará el acceso a una pensión de los trabajadores en cualquier país. Sólo la polémica ha relanzado la XVII Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile a las tadas del todo el mundo. Las insistentes interrupciones del mandatario venezolano, Hugo Chávez, al presidente español, José Luís Rodríguez Zapatero, y la reacción nunca vista del Rey de España con su ‘¿Por qué no te callas?' acapara preras páginas, titulares y columnas e opinión.
La reunión de mandatarios latinoamericanos, que buscaba que el conjunto de los jefes de Estado se identificaran con el concepto de cohesión social, arrebatándole a Chávez uno de los temas que lo han situado como una figura señera en la región, ha derivado otros derroteros.
La polémica e inesperada frase del Rey ha suscitado un gran interés parte de la prensa internacional. De nada ha servido la petición formulada la anfitriona, la presidenta chilena Michelle Bachelet, que llamó a los periodistas a prestar más atención al contenido de la Cumbre que a los rifirrafes entre los distintos jefes de Estado.
El más llamativo de todos se produjo cuando, después de que en su intervención el presidente venezolano llamara ‘fascista' al ex mandatario español José María Aznar, Zapatero le pidiera respeto los representantes que han elegido los españoles en las urnas. Tras insistentes interrupciones, el Rey Juan Carlos perdió la paciencia en una intervención sin precedentes y le espetó ‘¿Por qué no te callas?'.
Pero eso no fue todo, pues cuando el turno le tocó al mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, éste también vertió acusaciones contra una empresa española, Unión Fenosa. Ante los agravios, el monarca se puso y de pie y se retiró. Según versiones de prensa, tras la intervención de Bachelet, poco más tarde se reincoró a la sesión.
Desde entonces, Chávez no ha dejado de hablar y de interpretar el hecho a su manera. Ha recordado algo que es cierto: ambos son jefes de Estado y merecen respeto, un respeto que brilló su ausencia desde el momento en que las interrupciones del mandatario venezolano fueron la tónica durante la ponencia de Zapatero.
Lamentable, pero cierto: las tadas y titulares de la prensa mundial se ha centrado en la salida de tono del Rey, desesperado al ver que el presidente español no podía hablar. Y Chávez ha logrado una vez más acaparar la atención, algo que, cierto, le viene más que bien para desviar la atención los múltiples altercados y protestas que se está produciendo en suelo venezolano. Lamentable, pero cierto: se confirma que los jefes de Estado, en muchas ocasiones, no están a la altura de las circunstancias.
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