Algunos periodistas veteranos, pero sobre todo muchas caras nuevas en el Seminario de Prensa de Farmaindustria, lo que demuestra apuesta cada vez mayor de los medios de Comunicación el periodismo sanitario. Como en anteriores ediciones, este viaje tampoco estuvo exento de incidentes, aunque pillaron algo sorpresa, ya que el grupo ni siquiera había salido de Barajas. Gran parte de la delegación de Farmaindustria se quedó atrapada en uno de los ascensores de la T4, cuando se dirigía a embarcar. Quince largos minutos en un abarrotado ascensor hicieron pensar que estaríamos a salvo de más peripecias, pero…
Pero al final no fue así. La segunda no tardaría en llegar. Al subir en el avión, una compañera se dio cuenta que en la parte de atrás de su billete (sí, el papelito verde que identifica la maleta y que nunca miramos) venía otro número distinto de vuelo al que habíamos embarcado. Es decir, que su maleta se daría un bonito paseo tierras andaluzas (Málaga para ser exactos) y llegaría a Valencia al día siguiente, bien entrada la tarde. A pesar de los incidentes con los que comenzó el periplo, todo lo demás trascurrió con cierta, llamémosla, normalidad…
Un viaje acompañado de una intensa jornada de trabajo que tuvo su nota de humor con Javier Urzay, y su repetida frase ‘yo he venido aquí a hablar de mi libro’. Y vaya si lo hizo, cada vez que tuvo otunidad y no sólo eso, sino que además repartió ejemplares entre los asistentes que dedicó de su puño y letra. Para los que no lo sepáis, Javier Urzay no sólo es el Director de Coordinación de Estudios y Servicios al Asociado de Farmaindustria, sino que, además, ha hecho su prera incursión en el mundo de la literatura. Su libro, ‘La ópera secreta’ ha recibido buenas críticas y después de la promoción tierras valencianas las ventas han subido como la espuma (bueno, en realidad este últo dato no ha sido comprobado, pero el libro tiene buena pinta y seguro que será un éxito).
Por otro lado, la nota emotiva la puso José María Catalán, otro de los grandes protagonistas de la velada, que pronunció un provisado discurso, después de recibir una placa conmemorativa toda una carrera. El homenaje coincidió además con la últa crónica que emitió el veterano periodista para RNE, la emisora a la que tantos años dedicó. Un directo con Humberto Arnés, desde el Seminario de prensa de Farmaindustria.
Pero también hubo tiempo para confidencias nocturnas, que no os podemos contar que se perdieron en la ruidosa noche valenciana y sus frenéticos ritmos. Y tampoco faltaron las visitas culturales. Mientras unos disfrutaban de la fiesta nocturna, otros optaron la exposición de Sorolla, aunque sólo se quedó en un intento ya que las largas hicieron que se quedaran con las ganas…
A la visita al Oceanográfico sólo llegaron unos pocos, divididos en dos grupos. Uno que optó irse a dormir después de cenar (con la consecuente buena cara) y los noctámbulos y sus oscuras gafas, que delataban una larga noche de insomnio.
Y para finalizar, otra de gafes. Al marcharnos, uno de los compañeros se quedó esperando al lado de la cinta, aunque hacía rato que no ‘paseaban’ más maletas. Y la suya sin aparecer… ¡Vaya disgusto! Oscar ¿apareció finalmente?
Y lo que queda contar, como siempre, lo sabréis en las Adivina, Adivinanza…. Pero como somos bueno, os damos un adelanto. Un año más, y ya van cinco, se ha cumplido la tradición. Pero sabéis ¿cuál? Y más tante aún ¿quiénes?
Seguiremos Informando…