Ayer, el diario El Mundo (Juan Carlos Rodríguez y fotografía de Chema Conesa), hacía una pirueta contentatoria sobre la realidad de la vida del que apodan como ‘El Lecheru'. El artículo que no ata nuevos datos sobre las andanzas de este singular empresario de ‘sus' medios de comunicación, se debate entre una glosa de un empresario hecho a sí mismo, y el amigo de un grupo de políticos del PSOE, que le regalaron un incipiente proyecto (Arco Iris) para tapar gran parte de la Filesa de Felipe.
Echamos de menos saber qué y cómo empezó Blas el Lecheru, y qué se vino a Madrid, y si es verdad que venía huyendo de un inspector que no entendía, qué había pasado con la cuota y los dineros llegados de Europa. Tampoco desvela el artículo cómo se ‘pactó' el famoso laudo que le ha hecho más millonario. Utiliza el periodista la comparación de Blas Herrero con el empresario Francisco Hernando (El Pocero), que se muestra ‘tonto y vano', cuando desprecia los orígenes de El Pocero, sin tener en cuenta que gracias a la cuota de la leche y las pilas de ‘cuchu' empezó su perio con pies de barro.
La entrevista de ayer en el diario El Mundo, es un pequeño paseo la realidad de lo que realmente pasó durante los días en los que el Lecheru se hizo rico e tante a costa de la caja de Telefónica. No se entra en la situación de los trabajadores del Lecheru, ni en sus otros negocios. El Lecheru sigue buscando influencia y después de intentar ganarlo todo, se ha granjeado el miedo del resto de los empresarios, que saben que cerca del Lecheru siempre perderán.
Pues eso, lo dicho, les ha faltado a nuestros compañeros conocer al verdadero Don Blas, que se quita de en medio a aquellos que le preguntan y que sólo paga, aunque sea con cuadros o esculturas las puertas las que tiene que salir corriendo. Qué pena, con la de cosas que el Lecheru podría haber aclarado. Entre otras sus reuniones secretas con los de ERC para conseguir que le vendan las emisoras que siempre deseó.
A volar con IBERIA…
Pedro Aparicio Pérez.
